miércoles, 12 de julio de 2017

Un canto a los demonios

Para la medicina China las emociones, cuando se tornan descontroladas y nos dominan, tienen tal poder para enfermarnos que se comportan como demonios. De allí la importancia dada por esta disciplina al cultivo de la inteligencia emocional, a la meditación y al dominio de las energías internas. 



 Déjese de rencores, ira y frustración y su hígado será un buen comandante, fluido, valeroso y creativo; flexible y expansivo como Madera. 

Abandone la banalidad, la tonta "alegría" excitativa que sólo oculta dolor, y su corazón será un cálido Fuego que alumbra, no una hoguera que incendia; será sereno y sabio como un antiguo Emperador. 

Pare de calcular y especular, de oscilar entre el pasado y el futuro como un globo que se llevan los vientos atrapado en pensamientos recurrentes. Encuentre el centro, haga raíz su espíritu en la Tierra y nútrase del puro presente, y su bazo estará dispuesto a transformar y transportar la fuerza vital y su cuerpo será fuerte. 

Corte con la tristeza y la angustia con un afilado facón de Metal; llore lo que precise y expulse de su vida lo podrido y el aire viciado. Sus pulmones serán profundos y tendrá un escudo defensivo ante el ataque de energías perversas. 

Basta de miedos. De temblar como una hoja seca sin fuerza de voluntad. Recordar, volver al gen animal; aceche ágil y movedizo como el Agua que corre, rodea, insiste y vence cualquier obstáculo con humildad y perseverancia. Así sus huesos serán flexibles y fuertes, y su cerebro ágil y joven.
Respire bien, coma menos, camine más y viva el doble. 

Duerma como un perro, sea ligero y sigiloso como un gato y tranquilo como una tortuga. Tómese su tiempo para todo, y para lo que no hay tiempo, no lo haga.