viernes, 21 de octubre de 2016

La soledad del Camino

 El Sendero, transitado seriamente, es un camino solitario. Muchas veces de un gran vértigo de soledad.



Se sueltan demasiadas cosas, se profundizan y radicalizan muchos cambios, que más que cambios, son un regreso al origen, a la esencia perdida.

La gente empieza a hacer vacío, a mirar hacia otra parte.

Hay silencio, mucho frío y silencio alrededor.
Uno anda, empieza a recorrer el sendero y ya no puede volverse atrás.

Las cosas, por más insignificantes y cotidianas que sean, si no se viven de manera profunda y esencial, auténtica, dejan de interesar.
La compañía de personas que no lo oxigenan y vivifican a uno deja de ser deseable, y ya no se busca.

Uno mira a los costados, y se da cuenta que anda solo.

Así dice el capítulo 20 del Tao Te Ching:
"Sólo yo estoy impasible, inexpresivo, abobado, sin saber adónde ir.
Todos andan sobrados, yo estoy como olvidado.
Mi corazón, como el de un estúpido está caótico. Todos brillan, yo parezco estar en tinieblas. Los demás andan atentos y activos, sólo yo languidezco.
Perdido y sin paradero, cual viento en alta mar.
Todos andan ricos, sólo yo me obstino en ser un harapiento.
Me veo lejos, yo sigo el Camino."



Qi (Chi), la ecuación


 


Todo, a fin de cuentas se resume en cuánto qi ingresa, y cuánto sale.
Si todo es qi, desde lo más burdo y material hasta lo mas refinado y étereo como los pensamientos y emociones, si la salud y la enfermedad son estados de acumulación, fluidez, estancamiento o dispersión del qi, entonces es indispensable aprender a gestionar ese qi, y todo irá bien.

Hay acciones, emociones, pensamientos y palabras que agotan y dispersan el qi: egoísmo, resentimiento, odio, envidia, deseos permanentes, hipocresía, ira, mezquindad, etc.

Hay acciones, emociones, pensamientos y palabras que lo acumulan, fortalecen e incrementan: solidaridad, amor, simpatía, amabilidad, honestidad, veracidad, frugalidad, simpleza.
No hay bueno o malo, sólo acumulación y dispersión. Nietzsche lo graficaba así: "Qué es bueno? todo lo que acrecienta en el hombre el poder, la voluntad de poder, el poder mismo. Qué es malo? todo lo que debilita y resta vitalidad y sensación de poder. Qué es la felicidad? la conciencia de que se acrecienta el poder, que queda superada una resistencia. No contento, sino aumento de poder".

Debemos aprender, además de comer bien, respirar correctamente y movernos fluidamente, a gestionar esos pensamientos y emociones para estar fuertes y tener reservas.

Así, hay salud y comunión con el cosmos.
No hay dios, religión ni mandato externo. Sólo la voluntad interna, innata, de estar bien, de ser plenamente todo lo que está en nuestra individual naturaleza ser, para uno, y para vivir en armonía con los demás. Y sólo existe el qi, esa fuerza vital en movimiento que nos sostiene, nutre y motoriza.

Si aprendemos esto, tenemos una vida sin estrés, sin locura, en armonía, salud y empatía con los otros, con la tierra, los cambios y el universo.
Si no aprendemos, hay estrés, locura, ansiedad, estancamiento, el qi se fuga en nuestros pensamientos imparables, palabrerío incesante, permanentes deseos insatisfechos, emociones negras. Nos agotamos, enfermamos, y si no morimos, vivimos una vida llena de problemas y malestar, por muchos bienes que tengamos.