lunes, 15 de julio de 2019

Arte

El ser humano tiene sentido de supradimensionalidad, posee una fuerza espiritual que pugna por trascender este plano de aquí (kay pacha).

Mis dioses paganos me han convencido de que el animal también lo tiene, y vive conectado directamente, sin interferencias, con esos otros planos y dimensiones (úray y hanan Pacha). Los"bichos" viven en ellas totalmente, de forma íntegra. Son plenamente lo que está en su naturaleza ser.

La diferencia entre estas dos existencias - la humana y la del resto de los animales-, es que una "anhela" vivir en los tres reinos de pacha, y la otra los habita con total naturalidad, y los transita de uno a otro con total fluidez.

Y por esa desesperación existe el arte. El arte es lo que deja en evidencia que el humanoide bípedo que somos vive de una tremenda y fatal ansia trascendental, que tiene profundísimas intuiciones multidimensionales que lo llevan a expresarlo artísticamente como lo "no dado". El arte es atisbo y percepción de mundos que no vemos, de estados espirituales no rastreros.

La música, la copla, el lienzo pintado, el texto, la cerámica, son trampas que hacemos para sentirnos un poco en el cielo.

El animal no necesita del arte. Vive en esos planos de un modo dado, total. Han trascendido la necesidad de cultura, moral, reglas y órdenes. La naturaleza los guía y no tienen más amo que ella.

El animal no está fragmentado, tironeado por diferentes estadíos y dimensiones. Es, completamente.

Y el arte es para seres fragmentados, partidos, que buscan la integración, que se saben rotos, expulsados del paraíso, que han comido del árbol del bien y del mal. El arte acerca un poco al hombre a las rejas del jardín del Edén, del cual, sin saber que lo tiene adentro, cree que vive separado.

Y a más hondura, más belleza, más conmoción artística produce, más profunda es la rotura de ese espíritu que anhela.

Jbv

Imagen: El Chaga, sabio y querido "Irpasi" de las islas del delta.

"El gato calla,
Sentado al pie del sauce,
Quién sabe qué abismos".

jueves, 4 de julio de 2019

La fuerza innombrable

Esa fuerza innombrable, incognoscible,
impregna todo lo existente, sustenta todo y lo transforma.

Todo guarda en sí algo de esa chispa de divinidad. El cerro y la mierda de los chanchos.

Si me quedo calmo y respiro, y contemplo, y callo, esa chispa se hace fuego y luz adentro, y afuera, y todo se hace luz y tiene luz.

Si acallo mi mente y sereno mi espíritu, y me pongo a disposición, y me abro, y hago espacio y doy aire, los lirios del campo se visten como reyes y a los pájaros no les falta alimento,
y la chispa crece en mi interior.

Si soy simple, si simplifico todos los órdenes de mi vida, entonces puedo hacer silencio, no pensar demasiado y quedarme ahí, a disposición de esa fuerza. Y todo ocurre sin yo ser necesario para nada.

"Todo se construye y se destruye tan rápidamente, que no puedo dejar de sonreír".

Yo me siento quieto y en silencio,
Y todo el universo, sus fenómenos y transformaciones me dicen que no soy necesario;
Que los lirios del campo se visten como reyes y a los pájaros no les falta alimento.

Y yo me quedo ahí, como un estúpido que no entiende nada,
Respirando, callado, y lo confirmo,
Y al fin soy libre.

"Y en medio del silencio me fue dicha la palabra secreta".

El río continúa diciendo adiós,
Los eclipses ocurren y pasan,
Los gallos compiten a los gritos,
Las campanas del monasterio
Marcan los tiempos de los monjes,
Los chanchos comen y cagan,
Los lirios del campo se visten como reyes
Y los pájaros tienen su alimento.
Los cerros permanecen
Y las hojas de los sauces ya son tierra otra vez,

Sin yo ser necesario para nada.

Jbv

Fe popular

En el interior del interior profundo de nuestra nación, en alguna sendita campesina, un alma paisana eleva una plegaria, alza en el templo a cielo abierto de los montes un acto de tremenda comunión espiritual.

Lejos de dogmas, de catedrales, fuera de los ojos de los custodios oficiales de dios.

Un momento invisible, en un lugar invisible por un nadie invisible.

Rústica ceremonia secreta que quedará entre él y el humilde santito de los pobres de toda pobreza de la patria profunda.

Nadie jamás podrá mandonear en el corazón de un hombre libre, que en lo más hondo sabe que dios está con él, que dios es él, cuando él se hace nadie.

Jbv