jueves, 4 de julio de 2019

La fuerza innombrable

Esa fuerza innombrable, incognoscible,
impregna todo lo existente, sustenta todo y lo transforma.

Todo guarda en sí algo de esa chispa de divinidad. El cerro y la mierda de los chanchos.

Si me quedo calmo y respiro, y contemplo, y callo, esa chispa se hace fuego y luz adentro, y afuera, y todo se hace luz y tiene luz.

Si acallo mi mente y sereno mi espíritu, y me pongo a disposición, y me abro, y hago espacio y doy aire, los lirios del campo se visten como reyes y a los pájaros no les falta alimento,
y la chispa crece en mi interior.

Si soy simple, si simplifico todos los órdenes de mi vida, entonces puedo hacer silencio, no pensar demasiado y quedarme ahí, a disposición de esa fuerza. Y todo ocurre sin yo ser necesario para nada.

"Todo se construye y se destruye tan rápidamente, que no puedo dejar de sonreír".

Yo me siento quieto y en silencio,
Y todo el universo, sus fenómenos y transformaciones me dicen que no soy necesario;
Que los lirios del campo se visten como reyes y a los pájaros no les falta alimento.

Y yo me quedo ahí, como un estúpido que no entiende nada,
Respirando, callado, y lo confirmo,
Y al fin soy libre.

"Y en medio del silencio me fue dicha la palabra secreta".

El río continúa diciendo adiós,
Los eclipses ocurren y pasan,
Los gallos compiten a los gritos,
Las campanas del monasterio
Marcan los tiempos de los monjes,
Los chanchos comen y cagan,
Los lirios del campo se visten como reyes
Y los pájaros tienen su alimento.
Los cerros permanecen
Y las hojas de los sauces ya son tierra otra vez,

Sin yo ser necesario para nada.

Jbv

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