viernes, 20 de enero de 2017

El hombre aislado que se fue de la tierra

El hombre actual no tiene otro rumbo que el consumo idiota. Busca desesperadamente ser alguien para la sociedad, que es sólo un monstruo de átomos aislados que nada tienen que ver unos con otros. El otro es un competidor, rival, enemigo.

El hombre actual abrió un abismo entre él y la tierra. Ya no forma parte de la naturaleza, sino que es algo separado, un cometa lanzado por el espacio que ni sabe adónde va, sin sentido lleva una existencia plagada de inquietud.



Al no sentirse parte del Todo, es incapaz de participar interiormente del gran misterio, de la comunión con los demás seres de esta tierra.

Perdido ese sentido de pertenencia, esa comunión que le da orden a la vida de todos los pueblos ancestrales, que le daba y da un pleno sentido a su manera de vivir, el hombre moderno vive deprimido, aislado, vacío, dominado por el pánico que lo vuelve agresivo, competitivo, voraz consumidor de mierda para llenarse de lo que sea. O se vuelve depresivo, insatisfecho crónico, débil y lleno de angustia.

Es necesario que volvamos si buscamos la real sanación. Despojarse de toda la basura mental y moral que cargamos encima, y volver a ocupar nuestro lugar en la Pacha Mama, que aún nos espera para brindarnos un sentido profundo de existencia, un sentido que es de humildad, de coparticipación con el resto de la creación, de Ayni, reciprocidad, y no de prepotencia, dominio y destrucción. 



Volver a diluir nuestro gigantesco ego enfermo entre el resto de los seres, sumergirnos en el mar de la sencillez, trepar el cerro de la visión, nadar en el lago de la serena alegría, de ser sólo una ínfima partícula de la naturaleza que viaja junto al resto de las "diez mil cosas" en este sendero cósmico.

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