jueves, 29 de agosto de 2019

Apuntes de sachasofía: el Ch'in ñan

Apuntes de sachasofía: El "Ch'in ñan"

Los abuelos de los abuelos de don Leocadio Mamani habían bajado de Bolivia hace quién sabe qué punta de años. Se llegaron por las selvas santiagueñas que rodean al Monte Quemado.

Como ocasiones la vida se sacude y nos hace mover, terminaron esos Mamani en el valle de Tapia, Raco y Siambón, en la región del Tujma.

Don Leo es callado. No es que no hable, hay callados que están llenos de ruido. Sino que su palabra es tan límpida, tan certera y tan poco demás que sólo transmite silencio, puro silencio.

"En el silencio todo puede ocurrir", dice.

"Cuando uno gana silencio adentro, no anda haciendo ruido ajuera".

"Cállese, deje que el cerro, el monte, lo llenen con sus sonidos: las aves, el viento, el río. Guarde todo eso adentro suyo y se llenará de esa voz, que es la voz de Dios, la voz de la madre tierra".

Se lo ve a don Leo haciendo sus cosas, de aquí para allá. Acomoda la leña en el hogar, calienta las latitas con agua, echa de adentro a las gallinas.

Vive y transmite una unidad profunda de toda su personalidad. La unidad última, la integración total del espíritu se da en el silencio, enseña don Leo.

"Y por eso hay que caminar hacia el silencio. Nacemos con silencio, nos vamos llenando de ruido y nos alejamos de la tierra y de nosotros mismos. Por eso hay que caminar y volver al silencio. Ahí habla dios. Así lo decían mis abuelos y padres, todos practicantes del "Ch'in Ñan", el camino silencioso, el camino del silencio".

"Y así es mejor señor, así es mucho mejor".

Jbv

Hablar en silencio

Hay un estado en el que cesan las palabras y prevalece el silencio.

Personas que con sólo estar a su lado transforman. Su potente Newén traspasa. Así me lo enseñó mi maestro de medicina china, con quien la gente se aliviaba de solo estar en su presencia.

Ya Lao Tsé, hace 2500 años había insistido en que "el sabio maneja sus asuntos desde la quietud y transmite sus enseñanzas sin hacer uso del discurso".

Le preguntaron a Ramana Maharshi, santo Indio del siglo XX, del cual se dice que la gente se iluminaba de sólo sentarse a su lado en completo silencio, y que jamás predicó nada:

"¿Cómo entonces podemos comunicar nuestros pensamientos unos a otros?"

Respondió: "Eso deviene necesario si el sentido de dualidad existe…"

"¿Por qué el maestro no viaja y predica la Verdad a las gentes en general?"

El maestro dijo:  ¿Consiste predicar en subir a un
estrado y arengar a las gentes de alrededor? La predicación es simple
comunicación de Conocimiento; realmente, sólo puede hacerse en silencio.

¿Qué piensa usted de un hombre que escucha un sermón durante una hora y que se va sin haber sido impresionado por él como para cambiar su vida?

Compárale con otro, que se sienta en una Presencia sagrada y que se va después de algún tiempocon su visión de la vida totalmente cambiada.

¿Qué es mejor, predicar en voz alta sin efecto o sentarse silentemente enviando Fuerza Interna? "

Y así lo cantó el avatar Atahualpa Yupanqui, cuando suspiró diciendo "mal'haya pudiera un día, vivir así, sin palabras"


Mandala

Mandala

En el centro infinitesimal late la más amplia totalidad, el vacío y la pura quietud.

En el silencio se halla el Centro. Allí todo está, sin que nada ocurra y todo suceda a la vez.

En el mandala, que es el símbolo del proceso de integración, purificación e individuación. Afuera hay movimiento, ruido, diversificación.

Adentro, hacia el centro, hay cada vez más fusión, homogeneidad, quietud, silencio.

Carl Jung se sintió fascinado desde siempre y estudió con profundidad los mandalas en las distintas culturas.

 Descubrió que representan arquetipos colectivos y que  mediante la práctica de meditar con estas figuras es posible alcanzar tres grandes beneficios; sanar psico emocionalmente, ordenar y centrarse, siendo los 3 aspectos claves de todo camino iniciático que busca purificar, integrar y unir, logrando de esta manera la totalidad del Ser, accediendo a la propia naturaleza divina.

El camino del silencio (Ch'in ñan), el camino al silencio, a la quietud, a la hesiquia, al centro, es la práctica a desarrollar.

Haciendo consciente el centro (Qosqo), dirigiendo con la respiración hacia allí la energía vital, (Newén, Qi, Prana, sami, mana) llevamos la diversidad, el movimiento y la fragmentación hacia la transformación en quietud, eje, centro, que está inmerso en el silencio.

Así el Dos se hace Uno y nos volvemos el punto central del mandala de nuestra existencia.

Todo se aquieta, y aprendemos a volver. Una y otra vez volver.

Si nos alejamos del centro, cada vez más hacia el exterior, nuestra vida se llena de ruido, inquietud, ansiedad, disipación, dispersión energética. Pero aprendamos a volver al Qosqo. Una y otra vez.

Allí, en el centro, vive Dios. Dios es silencio, el lugar lleno de posibilidades. Donde todo está en potencia de ocurrir.

El silencio es la meta para unión con la divinidad, y el punto de partida para actuar en sintonía con nuestra verdadera y original esencia divina.

El sonido es división. Separación del Silencio.

Ese es el verdadero significado de "Pecado": todo aquello que nos divide y separa del Centro, del supremo silencio.

El silencio, el centro del mandala es la Totalidad, la unidad absoluta.

Dios es silencio, somos dios cuando simplemente dejamos de hacer ruido, al llegar al Centro, donde todo es  posible.


Jbv


Lecciones médicas del Tao Te Ching. Capítulo 60

Lecciones médicas del Tao Te King. Cap. 60
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"Cuando estés con un paciente, trátalo con suma delicadeza, como quien fríe un pequeño pececillo; sin mucho agitarlo para que no se deshaga.

No lo llenes de temor, de torpezas, complicaciones, explicaciones, ni medicamentos extraños.

Simplemente indícale el retorno al Tao, al camino a través del cual la naturaleza cura todas las afecciones, y su salud retornará como vuelve siempre la primavera a los duraznos, aunque sea invierno todavía.

Infórmale, si sientes que está dispuesto a escuchar y a combatir, que muchos demonios le saldrán al cruce a pelear.

Si retorna al bienestar mediante el camino de la naturaleza, empuñando el tao como bastón, los fantasmas de lo artificial ya no serán amenazantes, puesto que la persona también podrá usar ese bastón como garrote.

La senda del Tao solo produce beneficios, y las fuerzas dañinas de la vida antinatural pierden poder sobre la persona que la sigue."

Jbv

Lecciones médicas del Tao Te Ching. Capítulo 16

Lecciones médicas del Tao Te King. Capítulo 16

"Es preciso estar vacío, en silencio, buscar insistentemente el centro. El médico no ha de enredarse en lo múltiple, en lo variado de las manifestaciones infinitas que puede encontrar el desequilibrio energético, la falta de armonía entre yin y yang.

En medicina oriental, natural, se trata de captar la esencia constante e invariable de los desequilibrios que se disfraza de múltiples "enfermedades".

Estando vacío de conceptos y particularismos, concentrado en lo esencial, se capta aquello que es invariable.

Todos los pacientes traen "problemas particulares" con apariencia de ser únicas e individuales "enfermedades", pero la raíz de todos esos fenómenos es idéntica y la misma.

Por eso, el médico que conoce lo invariable no se enreda entre síndromes, signos singulares, diferenciaciones que lo hagan pensar o sospechar de fragmentaciones. Así, el médico tratará con ligeras variaciones la única causa de los padecimientos: el desequilibrio relativo entre yin y yang.

Por ello es necesario "dirigirse con constancia al vacío absoluto". Ir hacia lo que no cambia, conocer lo invariable. No enredarse en lo múltiple y lo diverso, ni salir a la caza de "enfermedades", tan variadas, pintorescas y esquivas como mariposas.

Reposar en la tranquilidad, en lo que no cambia.

Comprender esto es "tener luz y claridad". Quien anda a la cacería de lo diverso y lo particular anda a oscuras y es incapaz de tener amplitud y apertura.

Quien ve lo que no varía, puede ser infinitamente amplio en sus tratamientos. Quien ve enfermedades, tratará algunas mejor que otras, por el camino estrecho de lo particular.

"Hay un vacío al que llegar con constancia.

Existe una multiplicidad, fragmentación y diversidad de la cual volver.

No te retardes en el dualismo.

Conocer lo que no cambia jamás es desenredarse de los particularismos que no cesan de mutar.

Así estás en la pura hesiquia, en la total quietud.
Así el silencio y la calma son tu morada eterna.

Y eres claro y luminoso al conocer la raíz invariable de las cosas.

Y sales de la oscuridad y las sombras de la diversidad y la fractura.

Y el mediodía te encuentra sereno, sentado sobre la eterna roca en la puerta de tu ermita,
Y ya ni te molestas en seguir con la mirada el correntoso irse del río."

Jbv