jueves, 29 de agosto de 2019

Mandala

Mandala

En el centro infinitesimal late la más amplia totalidad, el vacío y la pura quietud.

En el silencio se halla el Centro. Allí todo está, sin que nada ocurra y todo suceda a la vez.

En el mandala, que es el símbolo del proceso de integración, purificación e individuación. Afuera hay movimiento, ruido, diversificación.

Adentro, hacia el centro, hay cada vez más fusión, homogeneidad, quietud, silencio.

Carl Jung se sintió fascinado desde siempre y estudió con profundidad los mandalas en las distintas culturas.

 Descubrió que representan arquetipos colectivos y que  mediante la práctica de meditar con estas figuras es posible alcanzar tres grandes beneficios; sanar psico emocionalmente, ordenar y centrarse, siendo los 3 aspectos claves de todo camino iniciático que busca purificar, integrar y unir, logrando de esta manera la totalidad del Ser, accediendo a la propia naturaleza divina.

El camino del silencio (Ch'in ñan), el camino al silencio, a la quietud, a la hesiquia, al centro, es la práctica a desarrollar.

Haciendo consciente el centro (Qosqo), dirigiendo con la respiración hacia allí la energía vital, (Newén, Qi, Prana, sami, mana) llevamos la diversidad, el movimiento y la fragmentación hacia la transformación en quietud, eje, centro, que está inmerso en el silencio.

Así el Dos se hace Uno y nos volvemos el punto central del mandala de nuestra existencia.

Todo se aquieta, y aprendemos a volver. Una y otra vez volver.

Si nos alejamos del centro, cada vez más hacia el exterior, nuestra vida se llena de ruido, inquietud, ansiedad, disipación, dispersión energética. Pero aprendamos a volver al Qosqo. Una y otra vez.

Allí, en el centro, vive Dios. Dios es silencio, el lugar lleno de posibilidades. Donde todo está en potencia de ocurrir.

El silencio es la meta para unión con la divinidad, y el punto de partida para actuar en sintonía con nuestra verdadera y original esencia divina.

El sonido es división. Separación del Silencio.

Ese es el verdadero significado de "Pecado": todo aquello que nos divide y separa del Centro, del supremo silencio.

El silencio, el centro del mandala es la Totalidad, la unidad absoluta.

Dios es silencio, somos dios cuando simplemente dejamos de hacer ruido, al llegar al Centro, donde todo es  posible.


Jbv


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