jueves, 12 de noviembre de 2020

Apuntes de sachasofía: "¿Es inútil lo útil, y útil lo inútil? O al revés?"

 



Andaban por la zona de la cumbre el flaco Almeida y Mamani. Conversaban desconcertados sobre algunas paradojas que presenta la existencia en este mundo.


Fíjese que el gallo del mocho Lezama, encontró su fin una madrugada por presumir ser útil. Una mañana, cantando bien juerte lo ha despertao al mocho, y éste se había acostao tarde y medio machao ha visto? Y quería dormir. Por ser útil, el gallo ha terminao con el pescuezo cortao y adentro e' la olla i' barro. 


Mire en cambio al zaino rengo ese de doña Carmen que ya tiene como 37 años. Al no servir pa' ni aca nunca es molestao y se da la buena vida, llena la panza y sin fatiga, mientras que el alazán y la tordilla, día a día sudan y trabajan, no llegan a los doce años y ya se ven toditos reventaos.


¿Útil, inútil, qué es mejor? Ser útil le costó la vida al gallo, ser inútil, al zaino le valió una larga y pacífica existencia. ¡Qué curioso! Exclamó Mamani alzándose de hombros.


A mi hijo Antonio, comentó Almeida, por ser inútil y medio haragán lo corrieron de la cosecha el año pasao. Y a doña María Rosa, por ser su parcela tan famosa por el buen maíz que da y por toda la verdura que saca, esos de la ciudá se la han arrebatao y se ha ido a lo de la hermana.


 En cambio a mí, como andoi en el monte de tierra todita salitrosa nadie me molesta. A Antonito, ser inútil le valió quedarse sin trabajo, a la fértil tierra de la María Rosa, ser objeto de codicia, injusticia y despojo. 


¿Útil, inútil, qué es mejor? ¿Quién entiende por qué son así estas cosas? ¡Más vale no averiguarlo que no! 


Y alzándose de hombros, los hombres continuaron el camino.


Jbv


viernes, 6 de noviembre de 2020

Rehumanízate!



 

"Mantente en permanente movimiento. Anda, pon las plantas de los pies en los caminos.

Muévete en la diversidad y la variada intensidad.


Camina a todas partes. Levanta y carga cosas. Corre. Trepa. Huye a toda velocidad de tus depredadores, defiéndete y pelea, salta.


Aliméntate de lo que hubieras podido cazar, pescar, encontrar en el monte y en los bosques. Y no estés todo el día comiendo. No eres un rumiante. Abraza también la escasez, la incomodidad y la simpleza.


Descansa. Duerme profundo.


Mantén tu mente alerta, curiosa, estudiosa de tu entorno, de sus fluctuaciones, de sus transformaciones. Sé capaz de anticiparte, de ver las cosas cuando aún no se han manifestado, y ten la habilidad de seguir el rastro de tus presas (La más escurridiza eres tú mismo y tus miserias).


Jamás te vuelvas un creyente. Mantente dudante. Cuando arribes a una convicción, descártala de inmediato. Cuando llegues a un muelle, toma un respiro, y suelta amarras. 


Nunca cedas a la domesticación.


Déjate abrazar por el sol, la lluvia, el viento y el frío.


Prende la hoguera, rodéate de tu tribu. Mira la luna y sus fases y dialoga con las estrellas. Oye sus mensajes y comprende sus señales.


Cuenta historias. Que te cuenten leyendas. Siente adentro en lo profundo el despertar de las claves de los mitos y los símbolos.


Grita. Ten sexo. Danza.


Cállate un poco. Una mente ágil es una mente silenciosa. 


Sigue los senderos más estrechos, piérdete en ellos. Te llevarán al corazón del bosque. Hasta las cuevas. Prende la antorcha, entra. ¡Entra ya!


Mátalo. ¡Mátalo! No lo dudes.

Y vuelve con tu cadáver a cuestas. Desmémbralo. Dátelo de comer y convida a los que te pidan. 


Afila las piedras. Fortalece tus piernas, tus brazos, tu espíritu. La lucha es grande y continúa."


José B. V.


Imagen: Escena pintada en un abrigo rocoso del Parque Nacional de Tassili n'Ajjer, en Argelia. Crédito: Patrick Gruban, Munich.


domingo, 1 de noviembre de 2020

El Tao y la Física

 





El Tao y la Física: No existen palabras cuando de expresar la esencia de las cosas se trata.
---

"Con palabras no puede nombrarse ni señalarse el Camino verdadero. 
A lo que puede dársele un nombre jamás es lo esencial." Con esta idea comienza Lao Tsé su breve y lacónico Tratado del Camino (Tao Te Ching) escrito hace 2700 años. 

A la luz de los descubrimientos de las teorías cuánticas el siglo pasado, los más modernos físicos del pensamiento occidental, se toparon con el mismo problema que aquel viejo taoísta que se dio cuenta de que su conocimiento de la profunda realidad no podía ser expresado por medio del lenguaje conceptual. 

Al respecto de esta paradoja escribió el científico Fritjof Capra: "El estudio del mundo atómico obligó a los físicos a admitir que nuestro lenguaje común no sólo es impreciso, sino totalmente inadecuado para describir las realidades atómica y subatómica. La teoría cuántica y la teoría de la relatividad, bases ambas de la física moderna, ha puesto de manifiesto que ésta realidad trasciende la lógica clásica y que no se puede hablar en el idioma corriente.

Dice Heisenberg sobre la física cuántica: 'no tenemos ni una sola guía que nos permita correlacionar los símbolos matemáticos con conceptos del lenguaje ordinario, y lo único que sabemos desde un principio es el hecho de que nuestros conceptos comunes no pueden aplicarse a la estructura del átomo.'

Los primeros científicos naturales, que fueron sin duda los viejos taoístas, siempre han admitido el hecho de que la realidad trasciende el lenguaje ordinario y así los sabios nunca tuvieron miedo de ir más allá de la lógica y los conceptos comunes. 

Esta es la principal razón por la que sus modelos de la realidad constituyen la base filosófica más aproximada a la física moderna que los modelos de la filosofía occidental. 

Los problemas del lenguaje con que se encontraron los místicos orientales son los mismos con los que se enfrentan hoy los físicos modernos. 

Tanto el físico como el místico desean comunicar su conocimiento y cuando lo hacen con palabras sus afirmaciones resultan absurdas y están llenas de contradicciones lógicas. Estos absurdos son característicos de todo misticismo, desde Heráclito hasta Don Juan Matus, y ahora, desde principios del siglo XX, lo son también de la física."

Será por eso que el callar, el silencio, fue siempre tan apreciado no sólo como forma de conocer la realidad, sino también como método de transmisión y enseñanza. La potencia de la pedagogía del silencio, del enseñar callando, y más bien haciendo. 

"El que sabe no habla. El que habla, no sabe." (Tao Te Ching).