viernes, 6 de noviembre de 2020

Rehumanízate!



 

"Mantente en permanente movimiento. Anda, pon las plantas de los pies en los caminos.

Muévete en la diversidad y la variada intensidad.


Camina a todas partes. Levanta y carga cosas. Corre. Trepa. Huye a toda velocidad de tus depredadores, defiéndete y pelea, salta.


Aliméntate de lo que hubieras podido cazar, pescar, encontrar en el monte y en los bosques. Y no estés todo el día comiendo. No eres un rumiante. Abraza también la escasez, la incomodidad y la simpleza.


Descansa. Duerme profundo.


Mantén tu mente alerta, curiosa, estudiosa de tu entorno, de sus fluctuaciones, de sus transformaciones. Sé capaz de anticiparte, de ver las cosas cuando aún no se han manifestado, y ten la habilidad de seguir el rastro de tus presas (La más escurridiza eres tú mismo y tus miserias).


Jamás te vuelvas un creyente. Mantente dudante. Cuando arribes a una convicción, descártala de inmediato. Cuando llegues a un muelle, toma un respiro, y suelta amarras. 


Nunca cedas a la domesticación.


Déjate abrazar por el sol, la lluvia, el viento y el frío.


Prende la hoguera, rodéate de tu tribu. Mira la luna y sus fases y dialoga con las estrellas. Oye sus mensajes y comprende sus señales.


Cuenta historias. Que te cuenten leyendas. Siente adentro en lo profundo el despertar de las claves de los mitos y los símbolos.


Grita. Ten sexo. Danza.


Cállate un poco. Una mente ágil es una mente silenciosa. 


Sigue los senderos más estrechos, piérdete en ellos. Te llevarán al corazón del bosque. Hasta las cuevas. Prende la antorcha, entra. ¡Entra ya!


Mátalo. ¡Mátalo! No lo dudes.

Y vuelve con tu cadáver a cuestas. Desmémbralo. Dátelo de comer y convida a los que te pidan. 


Afila las piedras. Fortalece tus piernas, tus brazos, tu espíritu. La lucha es grande y continúa."


José B. V.


Imagen: Escena pintada en un abrigo rocoso del Parque Nacional de Tassili n'Ajjer, en Argelia. Crédito: Patrick Gruban, Munich.


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