El fuego, lo mas cálido, luminoso y brillante que existe en la Tierra, necesita siempre, para manifestar su poder, estar adherido a algo, depende siempre del contacto con algo exterior a si mismo.
Cuando la parte orgánica, corrompida, perecedera del humilde diente de león ha sido consumida, purificada hasta su esencialidad, el soberbio fuego y toda su claridad y poder desaparecen. No son nada.
Cuando la parte orgánica, corrompida, perecedera del humilde diente de león ha sido consumida, purificada hasta su esencialidad, el soberbio fuego y toda su claridad y poder desaparecen. No son nada.
El Tao, sin los "diez mil seres", no podría ser percibido.
Zaratustra se burló también del sol: " ¡Tú gran astro! Qué sería de tu felicidad si no tuvieras a aquellos a quienes iluminas!"
El Libro de los Cambios lo sentencia:
La sabiduría, la espiritualidad, sólo se manifiestan en la interacción con el mundo. No es tan sólo un adorno del que hacen gala algunas personas en soberbia y majestuosa distancia. Se ve allí, en el barro de las situaciones ordinarias, y en el roce con los demás.
La sabiduría, la espiritualidad, sólo se manifiestan en la interacción con el mundo. No es tan sólo un adorno del que hacen gala algunas personas en soberbia y majestuosa distancia. Se ve allí, en el barro de las situaciones ordinarias, y en el roce con los demás.
Tu luz no brilla por sí misma, el fuego no arde por sí sólo. Mira a los costados. Allí está el combustible que te hará arder, y atravesar el portal.
Porque el fuego es la flor. Si resistes la tentación de tomarla y la esperas, tras su descomposición encontrarás el fruto, y en el fruto la semilla.
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