miércoles, 1 de agosto de 2018

Yin se asoma en la sombra de Yang




Cuando Yang llega a su extremo, se transforma en su opuesto Yin. Es ley de fierro. Así todo en esta existencia.
El sabio está familiarizado con esta regla fatal y a ella se conforma, con la única preocupación de saber cuándo es bastante y suficiente.
La sociedad occidental capitalista es lineal, a lo macho, con una desenfrenada tendencia Yang. Acumulación, aumento, crecimiento, velocidad, ruido, producción, confort, bienestar, alegría, satisfacción instantánea y permanente, entretenimiento.
En la ceguera del rumbo hacia el abismo, Yin se asoma implacable buscando el resquicio por dónde aparecer.
Buscando satisfacción, el ser humano jamás estuvo más insatisfecho.
Llevando la bandera de la Razón y la Ciencia, nunca hubo una era sostenida por el mayor pensamiento mágico: que en un planeta de recursos finitos, limitados, puede crecerse y desarrollarse infinitamente sobre la extracción ilimitada de materias primas, su uso y deshecho sin freno.
En el camino del confort y el bienestar, jamás hubo tanta enfermedad, cuerpos débiles, y tantos problemas psicológicos y espirituales.
En la era de los derechos humanos, los tratados de paz y los discursos de buenas intenciones, jamás tanta guerra, tanta discriminación, tanta explotación y esclavitud disimulada, y violencia de todo tipo.
Nunca tanta soledad y aislamiento como en la era de las comunicaciones.
Nunca menos tiempo libre y tanta sobre ocupación como en los tiempos de la tecnología omnipresente que venía a liberarnos del trabajo excesivo para traernos las delicias del ocio.
Dice el Libro de las Mutaciones: "Toma una parte de Yin y otra de Yang, y llama a eso el Camino que sostiene la vida y la naturaleza de todas las cosas".
No lo vemos. Sólo el que contempla los fenómenos se atiene a la ley y sabe decir "ya es suficiente". El lado oscuro de las fuerzas que hemos puesto en marcha se asoma por todas partes, sobre todo adentro.

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