sábado, 23 de julio de 2022

El instante de ausencia

 



La tensión interna que nos provoca una palabra, determinada situación, es una alarma infalible para prestarle atención al punto que está detonando en nuestros adentros.


No lo podemos ver a menudo, entonces nos decimos que “nos hacen”, “la incoherencia de tal”, y mil relatos más que suenan maravillosamente armados y sin grietas en nuestra cabeza.


Quien nos ama verdaderamente es quien puede soportar esa tensión, dejar pasar y con amorosidad decirnos eso que no queremos escuchar o somos incapaces de ver.


Pero tiene un límite.


Contemplar es recibir.

Observar es absorber.


Habitarse, acecharse implacablemente. No hay derecho a llenar de tensión el ambiente ni cargar con eso a los demás.


Un instante de ausencia es una sala vacía para que la ocupen con inercia todos nuestros inferiores rasgos.

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