Susurros del I Ching, hex. 48, El pozo de agua.

 Y si, llegar a fondo de tu asunto es acceder a las napas de agua viva en lo más hondo del pozo.

Como un mago rabdomante con su horquetita de rama hurgar hasta las tripas de la tierra.

Caer en el engaño de creer que tu búsqueda es profunda cuando es meramente cosmética es condenarte a morir de sed más tarde o más temprano.

Abajo está el agua Viva de tu Yo verdadero. 

Arreglar el pozo, quitar las alimañas y limpiar la podredumbre. Permitirle brotar nuevamente y vivificar por completo la existencia.

Cuando accedes a ese tesoro, suspender la incredulidad inmediatamente. 

Viene la buena, la curación, el avance franco por el Valle fértil de la bonanza, la expansión, la abundancia y el merecimiento.

Podés cambiar de ciudad, de traje, de nombre, de religión, ideología o lo que quieras. Pero si la soga es corta y el cántaro no llega al fondo o se rompe en la salida, el auto engaño y la desventura esperan a la vuelta de la esquina.

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Susurros del I Ching, hex. 48, El pozo de agua.

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Foto: El aljibe de la estancia de Salto del que el sanador Pancho Sierra extraía el agua milagrosa con la que curó a cientos de personas.

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