viernes, 6 de octubre de 2023

Susurros del I Ching, hex. 22.

 A veces es necesaria la gracia, ataviar, ornamentar, dar importancia a la forma. No mucho, un poco nomás, lo mínimo necesario.


Lo apasionado, lo enérgico, intrépido, directo y esencial a veces escapa a quien no es capaz aún de verlo y termina por perderse en el vacío de lo inasible.


El acto curativo muchas veces debe tomar una forma graciosa, vehículo de la esencia, para que la persona  pueda comprender. A veces no basta la sola toma de consciencia.


El juego es distractivo, de atrapar la atención. Una vez cogido el pez, olvídate de la red.


Es un fuego que proviene de las profundidades de la montaña, una claridad que aparece entre los abismos de la quietud, de la suspensión de la incredulidad y del cese del diálogo interior.


Cuando la forma agraciada se vuelve lo importante, todo se ha perdido. 

Cuando la convertimos en mero continente de lo esencial, todo se logra aunque parezca pequeño el éxito.


Cuando el sabio brujo conoce que a veces necesitamos la experiencia, cuando menos simbólica, del contenido de nuestro inconsciente, el meollo del asunto se capta y todo se hace luminoso, libre, tranquilamente, en un instante mágico de poder personal.


Susurros del I Ching, hex. 22.


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