miércoles, 4 de octubre de 2023

Susurros del I Ching, hex. 7, "El ejército".

 Todas esas aguas subterráneas que corren en nuestras honduras son sumamente poderosas y pueden ser realmente peligrosas. No habrá falla si son conducidas y orientadas con perseverancia por una conciencia firme y clara.


La Conciencia es el gran general de las Fuerzas. Ésta debe ser quien convoque, ordene y guíe toda esa energía disponible. 


Sin conductor, ese poder puede arrasar con todo, como una montonera desatada sin su caudillo y destruir hasta la propia comarca.


¡No reprimir, eso es humillante; conducir!


Si la Conciencia está al mando, las poderosas fuerzas que contienen nuestras emociones pueden ser orientadas hacia lo que es creativo y vitalizante. No hacia el decadente final de una persona arrasada por su vergonzosa e infantil emocionalidad.


Acrecienta tu conciencia, integra y observa ordenadamente tus emociones. Son una masa de fuerza disponible que suele marchar a guerras absurdas, innecesarias, generalmente sin conducción. 


Sun Tzu, el gran general Taoísta afirmaba que la guerra es una cosa de absoluta y extrema gravedad, y que sólo puede ser iniciada en un caso de total y definitiva importancia y con un mando preclaro.


Lao Tsé aseguró que las armas son instrumentos nefastos, que sólo deben ser usadas a no poder más, por la persona idónea. 


Esa persona, y esas armas, y esa guerra, vive en nosotros también. Y hemos de nombrar general de esas tropas a nuestra propia conciencia ampliada, clara, firme, madura y disciplinada.


Sino, acaso el ejército conduzca cadáveres en el carruaje. ¡Desventura!


"Un ejército ha de partir en perfecto orden. Cuando no es bueno el orden, amenaza la desventura."


Una ira sin conductor puede implosionar como una enfermedad mortal o una adicción, o arrasar el  afuera vincular como un incendio forestal. Esa misma fuerza, conducida por una conciencia acrecentada puede transmutarse alquímicamente en una entrega de amor total.


Una vieja angustia contenida puede matarte, o transmutada por la conciencia puede regenerarse en amor hacia todos.


Un miedo persistente puede destruirte el cuerpo hasta matarte o invalidarte. O pueden utilizarse esas tropas para otros, para ser un refugio seguro para los demás.


El Amor es el océano al que todas las emociones transmutadas alquímicamente deben llegar, como todos los arroyos salvajes son amansados finalmente por el mar.


Bajo la Tierra, los Abismos, las Aguas y mil corrientes capaces de destrucción y salvación.


¡Acrecienta tu conciencia! Tu mente clara, firme, al mando. La Fuerza creadora es la Victoria definitiva.


Susurros del  I Ching, hex. 7, "El ejército".


Dibujo Jbv, birome sobre papel.

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