viernes, 1 de julio de 2016

Taoísmo criollo: El silencio y no pensar. Los Ejes de Mi carreta.



Está lleno de palabras sobre el “Aquí y ahora”, acerca del valor de detener la mente para poder existir plenamente, con los sentidos alertas, de dejar de vivir en el pasado y el futuro, rincones donde solo existe culpa, remordimiento o ansiedad, y una dispersión y agotamientos del qi (nuestra energía vital).


Deng Ming Dao afirmó lo que en verdad es Taoísmo: El verdadero taoísmo vive en cada cultura nativa de cualquier parte del mundo”. 


Así, el maestro da la clave. El taoísmo debe servir para mirar lo real, lo esencial, lo propio, enfocar la linterna para adentro, lo real despojado de extravagancias ajenas. Si el taoísmo nos aleja de nuestra propia identidad y de nuestro camino natural, es artificio, adorno intelectual y espiritual. 





Sobre el “detener la mente”, encontramos una brillante cita en los versos que el poeta uruguayo Romildo Risso inmortalizo junto a Yupanqui en “Los Ejes de mi Carreta”, no hace falta irse a antiguos e indescifrables textos lejanos”:



“No necesito silencio,

Yo no tengo en que pensar,

Tenía, pero hace tiempo,

Aura ya no pienso mas.”




El paisano concentra sus sentidos en el chirrido de los ejes, que ni piensa en engrasar, todo su ser esta ahí en el medio de la llanura infinita. Como si fuera el mantra que recita algún místico oriental.



El poema describe la evolución espiritual del humilde carrero gaucho que deambula la pampa infinita, al igual que los antiguos sabios taoístas, que tras largos años de práctica de meditación, del simple “sentarse quieto sin hacer nada” y de vida en la naturaleza, ya no necesitan del silencio y la soledad para estar presentes, para vivir en estado de plena atención, vacios de inútiles pensamientos y deseos que dispersan y agotan la energía, sino que son capaces de vivir cotidianos, invisibles e inadvertidos, en cualquier lugar y condición.

Los Ejes de mi carreta:



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