Dice un texto viejo: “Para estudiar el Tao no se necesita ninguna técnica especial: observar constantemente el interior de uno es estudiar el Camino, y cuando los falsos pensamientos dejan de surgir, el Camino auténtico se revela.
Seguimos el
modelo de los antiguos, que eran seculares. Bajo esa vida cotidiana y
común realizamos la vastedad de la espiritualidad. Utilizamos la dureza
del mundo y las dificultades de la vida práctica como la fricción que
crea nuestras chispas espirituales.
Participa de las actividades cotidianas sin dejarte arrastrar por ellas. No hace falta irse a vivir solo a una montaña lejana para alcanzar la espiritualidad, sino que la espiritualidad es la manera en que tratas con las cosas diarias. Es una práctica, y el campo en el que se desarrolla es la vida ordinaria, las pequeñas cosas de cada día.”
Participa de las actividades cotidianas sin dejarte arrastrar por ellas. No hace falta irse a vivir solo a una montaña lejana para alcanzar la espiritualidad, sino que la espiritualidad es la manera en que tratas con las cosas diarias. Es una práctica, y el campo en el que se desarrolla es la vida ordinaria, las pequeñas cosas de cada día.”
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