viernes, 16 de septiembre de 2016

Plantas medicinales y los Cinco Elementos.






Las plantas no pueden ser un mero sustituto de los remedios químicos. Así no funciona. La decisión de comenzar a utilizar plantas medicinales nos pone en situación de tener que estar más atentos, más conscientes, a escuchar mucho más profundamente el lenguaje del cuerpo, con el cual este nos comunica su estado.


Si agudizamos nuestro sentido del cuerpo, de su situación, podemos “estarle encima” sin que los desarreglos se vuelvan ya inmanejables. Enseguida detectamos el problema, y hacemos lo que haya que hacer para restablecer el equilibrio perdido de forma suave y natural.


Si somos solo una mente, si vivimos en nuestra cabeza, desconectados del cuerpo, de nuestras emociones y energías sutiles, cuando llegamos a oír lo que aquel nos dice, es porque el pobre ya ha gritado hasta enronquecer. El desequilibrio es ya enorme, y para volverlo a su armonía se requiere de mucho mas esfuerzo, tiempo y paciencia.




Y como en general, la gente de nuestra moderna sociedad no tiene ni tiempo, paciencia, ni ganas de hacer esfuerzos, entonces cae en el “deme ya”, y acude ansiosamente a los medicamentos químicos, que en general solo tapan los síntomas, la luz de alarma, agravando así el problema de fondo.


Las plantas medicinales no son un remplazo “un poco más sano” que los remedios alopáticos. Podemos ir más profundo, conectarnos con ellas, con su energía, con su poder energético curativo y sanador. 


Para lograr esta conexión con debemos parar.


Escuchar el latido de nuestro cuerpo y buscar el conocimiento de las hierbas medicinales, de los humildes yuyitos. Ir a la Tierra, salir del cemento, abrazar a la Pacha. Tener en casa las plantas que necesitemos.


El camino de las plantas nos pone en sintonía con el latir de la Pachamama, con los ciclos y ritmos del Tao, y viceversa, estar en armonía con la Pacha y el Tao, profundiza nuestra conexión con el mundo vegetal.


El cuerpo es un universo individual, que tiene ciclos que corren con los tiempos de la tierra y del Tao. Esos ciclos y energías, en la Medicina Tradicional China se llaman los Cinco Elementos.


Conocerlos, y estar atentos a ellos, es tener en la mano un mapa de ruta, una excelente guía con líneas generales para escuchar más afinadamente nuestro cuerpo. Más allá de los desequilibrios puntuales que uno pueda venir arrastrando, los Cinco Elementos son un modelo básico de equilibrio energético, emocional, espiritual y físico.



Si uno, en líneas generales goza de buena salud, cumpliendo el trabajo anual de los cinco elementos, podrá mantenerse saludable con el uso de las plantas adecuadas.


Entre uno y otro periodo, siempre es bueno usar hierbas que eleven y fortalezcan el sistema inmunológico, como la Uña de gato, o la Equinacea. 


Las plantas sirven para limpiarnos, purificarnos, y sanar dolencias de todo tipo.


Los animales las usan a nivel físico, orgánico, como por ejemplo los perros. Nosotros podemos usarlas de la misma forma, pero también podemos adelantarnos a este estadio más denso, orientando la limpieza a nivel energético, emocional y espiritual. El cuerpo será un reflejo de aquellos otros niveles.


Es por eso que es tan importante el conocimiento de las plantas medicinales, pero también el modo en que los ciclos se manifiestan, se potencian y se controlan. El esquema de los cinco elementos es una guía para ello. Su limpieza, purificación, la escucha atenta del lenguaje de nuestro cuerpo, nos permite ver los problemas y desequilibrios cuando están todavía en germen, sin llegar a manifestarse físicamente todavía.







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