“Si usted quiere ser un taoísta, un
estudiante de la vida natural, una de las primeras cosas que debe aprender es a
liberarse de los hábitos malsanos.
Desaprender casi todo lo que hemos
acumulado y empezar de cero en muchas
cosas: como respirar, qué tipo de ejercicio hacer, como comer, dormir, beber,
gestionar las emociones, la energía, etc.
Cada detalle puede ir con el Tao, o en su
contra.”
“Para estudiar el Tao no se necesita
ninguna técnica especial: observar constantemente el interior de uno es
estudiar el tao, y cuando los falsos pensamientos dejan de surgir, el Tao se
revela.”
“Participe de las actividades mundanas sin
dejarse arrastrar por ellas. No hace falta irse a vivir solo a una montaña para
alcanzar la espiritualidad, sino que la espiritualidad es la manera en que
trata usted con las cosas cotidianas. La espiritualidad es una práctica, y su
campo de desarrollo es la vida ordinaria, las pequeñas cosas de cada día.
La mente es una herramienta.
“El noble no va en sus pensamientos mas allá
de su situación”, dice el I Ching.
Es decir, usa la mente para pensar, para
algo que está ocurriendo en este momento. Resolver un problema, realizar algo,
etc. Ese modo de pensar concentra y fortalece el qi. Luego, se deja de pensar,
se deja la herramienta a un lado.
Cuando aparecen “pensamientos”, esos son
disipadores de energía. La mente está activa inútilmente, distraída, solo
gastando energía.
El sabio aprende a usarla solo cuando la
necesita, y a “apagarla” cuando ya no. Así, “el noble no va en sus pensamientos
mas allá de su situación”.
Con la práctica cotidiana correcta, se
desaprende a “ser solo mente”, y se aprende a usarla como una valiosa
herramienta.
Se aprende que el taoísmo es el camino
subyacente en todos los caminos, es el punto en el que todos los senderos que
buscan la verdad se cruzan. Es la base última, la realidad vista sin dogmas,
sin adornos, templos, ni dioses exageradamente parecidos a nosotros.
¡Excelente!
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