viernes, 11 de noviembre de 2016

Pragmatismo taoísta



Esta tradición, esta manera de ver el universo y el mundo, no suele preguntarse porque estamos acá, para que, de dónde venimos, adonde vamos, etc. Preguntas que han desvelado a todas las filosofías y religiones del mundo.




Para el taoísmo original, solo sabemos que estamos acá, y que existe algo indefinible, un orden observable por las personas atentas, que ensena el modo en que todo funciona. No hay culpa, pecados originales, karmas, sentidos o porqués. Estamos acá y eso basta. No se desprecia la vida ni el cuerpo como cosas impuras o imperfectas en pos de ideales de perfección. 


Los taoístas observaron la naturaleza y aprendieron una manera de ver y estar en el mundo en armonía con los demás seres y en plenitud.


Sus técnicas y prácticas ensenan a vivir esta vida de la mejor manera posible, fortaleciéndonos, cultivando la salud, la energía vital, la longevidad, la flexibilidad con las mutaciones del universo, la armonía de cuerpo, mente, espíritu, entre los cuales no ve ninguna separación, sino solo diferentes estados del qi, la fuerza vital, llamados los “tres tesoros”.


Eso es todo, y nada menos. Vivir la vida que tenemos plenamente, fluyendo con el Tao, el orden, la energía cósmica primordial que gobierna todo silenciosa e inadvertidamente. Sin teologías, especulaciones ni devaneos filosóficos sobre mundos futuros, vidas pasadas, paraísos e infiernos. Lo que esta, punto. El resto, “se os dará por añadidura”.


Ahora, acá mismo, eso es todo lo que tenemos. No se pregunta nada más, eso es tan solo dispersión y debilitamiento de nuestro qi, como lo son la culpa, el pensar en liberarse del cuerpo, en el sufrimiento, en agradar o desagradar a dioses externos, y demás cosas que solo mellan el espíritu y nuestro organismo, sin el cual, no hay espiritualidad posible.


Nada más. Ni nada menos. El taoísmo ensena a vivir una vida plena en cuerpo, mente y espíritu, el resto, sobra.




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