viernes, 30 de junio de 2017

Decadencia y resurgir

 


Este sistema, esta civilización está totalmente caducada, terminada. Cualquiera de sus "avances", "progresos", que deslumbran al buen consumidor no son más que manotazos de ahogado, de huída hacia adelante. 

Este mundo, esta cultura decadente supura pus y podredumbre por todos los poros, dejando un tendal de contaminación y destrucción de la naturaleza, bajo las bastardeadas palabras "sustentable", "consciente", pura basura empresarial y maquillaje verde. 

Pobreza, marginalidad sin igual en la historia, y un ejército cada día mayor de insatisfechos crónicos, emocionalmente enfermos, físicamente agotados y debilitados, espiritualmente muertos, voraces consumidores de la mierda que le decidan vender desde las altas esferas del marketing. 

Como cuando el yin llega a su máxima expresión comienzan a mostrarse los brotes de su transformación en yang, como cuando el Tayta Inti Sol llega a su punto mínimo y en este solsticio invernal empieza a renacer su nuevo ciclo, cada vez más se ven hombres y mujeres buceando en las antiguas culturas, en viejas formas de inter relaciones humanas más humanas, en ancestrales espiritualidades, ávidos y concientes de que este mundo agotado precisa de una vuelta de página hacia la raíz, de la que hace siglos se ha separado.

Antiguas medicinas, tradicionales métodos de construcción en armonía con el entorno, ñaupas maneras de relacionarse con el cosmos, la tierra, el hermano, son recuperadas por las propias comunidades indias que rebrotan sus saberes a la luz y por "occidentales" que deciden torcer el rumbo del caballo en que galopaban enloquecidos hacia la oscuridad y la muerte.
Cada día son más. 

Que el bien y la resurrección sea universal, no propiedad de ninguna cultura. 

Feliz resurgir, Inti Raymi, We tripantu. Feliz darse la posibilidad de empezar de nuevo.

"Lo más importante es el Newén"


 
 
Cuentan algunos relatos de la frontera que cuando cayó prisionero el bravo cacique Vicente Catrunao Pincén, líder guerrero y espiritual de los Günün ä küna a manos de las tropas del ejército argentino en 1878, el coronel Conrado Villegas, apodado por los mismos indios "el Toro" por su coraje en combate, le preguntó durante un breve diálogo: "¿qué es para usted lo más importante?"

El jefe rebelde respondió imperturbable: "¡lo más importante es la fuerza!"

Villegas se quedó en la superficie de la respuesta, y orgulloso ante su rival vencido, lo confinó a morir de tristeza en la isla Martín García.

Conversaciones posteriores con un hermano de lucha de Pincén aclararon un poco más al Toro la enigmática respuesta del líder Pampa: "El gran jefe se refería con la palabra 'fuerza' a la Energía, el Newén, la vitalidad poderosa que sostiene a cada uno de nosotros y a todas las cosas. El que forja y cultiva un poderoso Newén vive sano y fuerte. Quien puede ver y conducir el Newén puede curar y salvar a su hermano.

Todo tiene su Newén: el cielo, la tierra, el sol, la luna, las estrellas, el trueno, los rayos, el relámpago, la nieve, la lluvia. En la tierra habitan las plantas, ríos, volcanes, cerros, piedras, la medicina, y cada uno de ellos tiene su propio Newén. El ojo de agua, los caballos, todos nuestros recursos naturales lo tienen.

La tarea del hombre de fuerza es comunicarse con los distintos Newén para mantener el equilibrio natural.

Pincén sabía todo esto y nos lo enseñaba, por eso era un líder sabio y tantos años le ha costado a usted, a pesar de sus armas, vencerlo. Ahora todo ha terminado, pero su Newén es poderoso y no será fácil extinguirlo".

viernes, 16 de junio de 2017

Gotas



Había una gran bola o gota gigante de mercurio en eterno reposo. 

Por alguna razón que nuestra mente no puede comprender y desconocemos (a partir de esta pregunta surgen todas las filosofías, religiones, explicaciones teológicas ) en algún tremendo instante cósmico, de este gotón de mercurio se desprendieron innumerables gotitas para todos los rincones del universo.

Somos esas gotitas. Nuestra vida es el camino de regreso. La muerte es la fusión con La Gota.

viernes, 9 de junio de 2017

Yin yang y la serpiente americana




El Tao, Pacha, son el gran Todo Cósmico, la unidad que subyace a todos los fenómenos y seres que existen en el universo.

Esta unidad para nada es estática, lineal o quietista, sino que es dinámica, mutante y se manifiesta en un permanente intercambio energético entre dos polos opuestos, complementarios e interdependientes. No puede existir uno sin el otro, nunca son unidireccionales o excluyentes.

En Asia y en la América indígena -probablemente culturas del mismo origen- se expresa esta doctrina y cosmovisión a través del conocido símbolo blanco y negro del Tai Chi, y del menos conocido por los occidentales de la serpiente bicéfala Amaru.

Dice Fernández Chiti en su "Diccionario Indígena Argentino": "En toda la simbólica andina la alusión a estos dos principios es constante y se concreta en lo masculino y lo femenino, lo blanco y lo negro (cuadrados blancos y negros llamados dameros o ajedrezado), en el Hanan Pacha o mundo del sol y la luz, y el Huray Pacha o mundo inferior nocturnal y lunar.
No puede entenderse la mitografía sobre cerámicas indígenas si no se conoce la doctrina del yin y del yang, que en la América andina halló su más perfecta aplicación, prueba quizás del origen asiático de su cultura esotérica. La serpiente bicéfala, que se envuelve y se desenrolla en sentidos opuestos, es sin duda alguna el equivalente americano del mismo símbolo del yin yang chino".

El día y la noche conforman el tiempo, inhalación y exhalación un ciclo respiratorio, el bien y el mal, la vida y la muerte. Nada puede excluirse sin hacer mella en la totalidad y producir un gran desequilibrio.

Detrás de todo, el Tao, Pacha, imperceptible, desde el gran silencio, sin hacer nada, nada deja sin hacer.

Muda y resurrección




El silencio del sábado post crucifixión. El hondo letargo en el que la Pacha se hunde hasta la primavera. El extraño fenómeno de calma, instantes previos a que los ojos se abran en una ráfaga de momentánea lucidez, de satori, de fusión con el Tao.

El último signo del I Ching que torna a renacer la larga secuencia de mutaciones, transformado una vez más.

En el vacío hay lugar para la transformación, el cambio y la resurrección.


Es muy difícil que el corazón resuelva sus hondos misterios rodeado de ruido, velocidad y cemento.

Muchas respuestas están guardadas al fondo de ese arcón llamado silencio, bien abajo, después de que uno ha sacado toda esa acumulación de inutilidades llamada palabras.

Cuarenta días de desierto, un vaivén de mutaciones para volver resucitado y recomenzar una nueva vida.

Amaru deja su vieja piel en las cavernas del Uray Pacha. Y luego, con la fuerza y el coraje nocturnal de Uturunku se vuelve Kúntur, despliega sus alas y vuela a una nueva existencia.

No hay resurrección sin silencio, sin vacío, sin desierto ni arenal.

Y se vuelve otro.

El poder del Pequeño Tao Te Ching




La esencia de todas las artes chinas como la medicina, la pintura, el Tai chi chuan, el Qi gong, el kung fu, el Feng Sui, etc, puede encontrarse en este brevísimo poema de no más de 5000 palabras escrito hace 2700 años. 

Este libro ha fascinado a miles de generaciones, y sus huellas se encuentran en casi todas las culturas aborígenes de Asia y América, tradiciones de mismo origen (ver foto del yin yang americano), como puede deducirse también de las medicinas autóctonas, cosmovisión, ejercicios energéticos, etc. 



Aquí dos comentarios para estimular su lectura y estudio a quienes aún no lo hayan hecho. 

"Lin Yutang afirma que este es uno de los libros más profundos que se hayan escrito. El mensaje que contiene es simple y sus docenas de ideas están repetidas en forma epigramatica una y otra vez. Brevemente, las ideas son:
El ritmo de la vida, la unidad de todos los fenómenos humanos, naturales y cósmicos, la importancia de mantener la simplicidad original de la naturaleza humana, el peligro de excederse en el control de las cosas, la no interferencia en el curso natural de los fenómenos, la calma, la quietud, la supremacía de la humildad a la soberbia, de lo flexible y blando a lo rígido y duro, de lo natural y simple a lo artificial, adornado y complejo."


Lionel Giles dice: "La estructura idiomática y expresiva del original es extraordinariamente concisa y vigorosa. Nunca, seguramente, tanto pensamiento ha sido condensado en un espacio tan pequeño.
Hay esparcidas a través del universo cierto número de estrellas llamadas 'enanas blancas'. Generalmente son muy pequeñas, sin embargo, sus átomos están tan cerradamente unidos que su peso es enorme en relación con su tamaño, y a esto corresponde tal irradiación de energía que su superficie se encuentra a una temperatura mucho mayor que el sol. 

Podemos considerar al Tao Te Ching como una estrella enana de la literatura. Tan denso es, tan compacto y tan sugestivo como la imagen de un astro radiante de cálido pensamiento".