miércoles, 30 de octubre de 2019

Apuntes de sachasofía: "¿Isleño o islero?

Apuntes de sachasofía: ¿Isleño/islero?



El 31 de octubre se celebra el "día de los isleños" en toda la extensión del delta argentino.

Memorio así lo que alguna vez me dijera el sachásofo don Enrique del arroyo Lolota, sobre un acuciante tema que desvela los sueños de los habitantes del río: ¿cuál es nuestro gentilicio correcto?

Así me decía este gaucho oriental que por alguna secreta razón recaló en esta costa, mientras desenganchaba un bagre amarillo del anzuelo en su muelle hecho de ligustro:

"Se puede vivir en la isla, el gentilicio de esa persona sin duda será el de "isleño", por su lugar de residencia. Pero existe un oficio sagrado, que distingue a ciertos hombres y mujeres del delta: el de ser "islero".

Los oficios terminan en "ero": Carpintero, herrero, nutriero, junquero. Es algo que tiene modos específicos, reglas, técnicas. Es el de ese hombre fundido a pleno con la naturaleza que lo circunda, que se desenvuelve fluida y naturalmente en su medio, y que conoce todos los secretos del río, de los bichos y el monte. Sabe las tareas, los tiempos, los códigos de todo lo que lo rodea. Es independiente, solitario, y no tiene más ley que la gauchada cuando se presenta la ocasión. Así lo veo, es el oficio del isleño que aprendió a ser islero. No quedan muchos ya."

Jbv.
Ilustración: Juan Arancio.

lunes, 28 de octubre de 2019

América es un solo poncho

América es una gran vasija de barro
Llena de silencios y misterios dormidos.



De boca fina o ancha según sea
El Ande, la selva, el río o la pampa.

Cuando el huayra de los antiguos sopla, desgarra melodías, coplas, cantos e historias, milenios de ancestros que viven en las
Plantas maestras, en las cerámicas sagradas, en la noche del monte o en una caja bagualera que eleva desde el cerro su cósmico canto.

El viento del tiempo despega ñaupas nombres y los trae desde el olvido,
Como si fueran hojas secas de otoño, húmedas,
Pegadas en el suelo mojado del ayer reprimido a sangre, fuego y cruz,
Y los vuelve Kúntur (Cóndor), que se eleva hacia las estrellas del sur.

América, como dijeron,
"Es un solo poncho",
Tejido por manos indias de cobre,
Con hiladas mestizas y criollas,
Y guardas negras mecidas por flecos gringos.

América es un poncho que ha de cobijarnos a todos
Sin que a nadie le queden los pies o la cabeza destapada al rocío.
Porque en América los muchos siguen durmiendo "al sereno", naciendo en un pesebre de paja, y continúan siendo crucificados sus mensajeros y defensores por la farisaica iglesia oficial y el moderno César neocolonial.

América es un solo poncho, hilado en la trama continental del Bravo a la patagonia.

Nuestros cielos estrellados son los viejos saberes, visiones e intuiciones y el camino del Avá hacia la Tierra sin Mal, faro y guía en el sendero de nuestra historia recorrida a pura ushuta gastada.

América es un solo poncho, tejido una misma copla, que lleva en sus cuatro versos la americana memoria.

Texto y dibujo: Jbv

domingo, 27 de octubre de 2019

Lecciones médicas del Tao Te Ching. Capítulo 72

Lecciones médicas del Tao Te Ching: capítulo 72



"En salud no hay más autoridad que la ley de la naturaleza.

Cuando la gente no respeta la vía del Tao y las reglas últimas que la Tierra y el Cielo nos imponen como especie, sobreviene la enfermedad, el dolor, la ansiedad y el sufrimiento. Entonces es momento de que se imponga la férrea ley del medicamento y la intervención médica.

Vive en peligro quien no teme los desvíos del Camino.

Vives saludablemente si no se te hace estrecho tu mundo, si la simplicidad natural no te hastía.

Conócete y no te exhibas.
Ámate pero no te des demasiada importancia.
Toma lo primero y huye del resto."

Jbv
Imagen: Fragmento de una ilustración de Shitao, pintor taoísta del siglo XVII

Lecciones médicas del Tao Te Ching: capítulo 17.

Lecciones médicas del Tao Te Ching: capítulo 17.



"El mejor médico es aquel que prácticamente no es recordado por nadie, ya que no ha curado ninguna enfermedad, sino que ha sabido anticiparse a ella, manteniendo a la persona en salud, sin que ésta lo advierta. Por eso su nombre no se cuenta entre los ilustres.

El segundo mejor médico es aquel que recibe el cariño de sus pacientes por haber curado pequeños males, pero sin haber sido capaz de prevenirlos.

El tercero mejor es aquel que por su audacia y rudeza fue capaz de resolver gravísimos casos cortando, cercenando miembros. Ese es temido y respetado como un cruel demonio y su nombre llega a los confines del país.

El último es aquel a quien todos tienen por débil, pues jamás previene nada, sólo receta medicamentos corriendo detrás de la enfermedad y ni tiene audacia para la carnicería.

Cuando el médico es capaz de hacer que su paciente viva saludablemente sin que éste lo advierta, creyendo que todo es obra suya, se hace uno conforme al Tao y recorre de esta manera el mejor camino."

Jbv.

jueves, 17 de octubre de 2019

Apuntes de sachasofía: "Los sabios de la ciudad"

Apuntes de sachasofía: los sabios de la ciudad.



 "Si el mundo rural es regido por la sachasofía, los artificios y las ideas ingeniosas sobran. Si se predican artificios e ideas ingeniosas es que la sachasofía se está perdiendo, o se busca que sea olvidada. Si el mundo rural es regido por artificios e ideas ingeniosas, la sachasofía se ha perdido irremediablemente."

Llegaron a la comunidad unos sabios de la ciudad.

Reunieron a la gente en el galpón del Centro Vecinal y hablaron del tiempo, de la luna y las estrellas, y así, poco a poco la siembra se fue desorganizando, y la manera tradicional que habían enseñado los abuelos que se acomodaban al camino del cielo y al latido de la tierra se transformó en disputas e interpretaciones de lo que habían dicho los sabios. Las cosechas decrecieron ese año.

Trajeron más tarde esos sabios herramientas, reglas, compás, escuadras, niveles, y así los artesanos de la comunidad disputaron en perfección, eficacia y emparejamiento y fueron perdiendo su habilidad y destreza heredada y natural.

Hablaron mucho de benevolencia y justicia. Poco a poco, los códigos nuevos desplazaron la manera habitual y fueron debilitando los lazos naturales de solidaridad y reciprocidad que ligaban a los habitantes de la comunidad. Lo que se daba con fluidez inconsciente se volvió cortesía y mirar de costado.

Hablaron mucho los sabios en las reuniones que organizaban en el galpón principal, de gobiernos y reglamentos para ordenar la vida de la gente. Todo se desordenó en disputas y gritos, las infracciones se volvieron norma y los más viejos se llamaron a silencio.

Los sabios de la ciudad hablaron del gran valor de tener lujos. Entonces algunos más encumbrados empezaron a acumular cosas en las habitaciones de sus ranchos, a adornarse con objetos y vestidos, y los ladrones empezaron a proliferar por todas partes.

La presencia de los sabios fue entonces cada vez más requerida como necesaria ante la manifiesta incapacidad de la comunidad de vivir bajo reglas civilizadas. Los intentos de arreglar las cosas fueron cada vez más complejos, y entonces el desmadre fue general. Ya nadie pudo detenerlo, los sabios declararon imposibles a los comuneros, y abandonaron para siempre el lugar.

Suspiraron los más viejos, y añoraron los tiempos en que nadie era ingenioso y las cosas se hacían siguiendo los ciclos y el curso natural del camino.

 Más vale que los metales preciosos permanezcan bajo las montañas, los árboles en pie en el monte cobijando a los bichos y aves, y que los peces sigan nadando bajo las aguas.

Y los ancianos contemplando el fluir del natural desenvolvimiento de las gentes sin necesidad de intervención desde sus sillas viejas.

Jbv
Pintura: "Reunión campesina", Mario González Chavajay.

Lecciones médicas del Tao Te Ching: Capítulo 24.

Lecciones médicas del Tao Te Ching: capítulo 24.

"No puede mantenerse la salud llevando las cosas a su extremo. Cuando yin llega a su máxima expresión se transforma en yang y viceversa. Es ley del cielo.

Por eso quien lleva la sabiduría médica no predica una vida de extremos: o sufrirá el cuerpo o sufrirá la mente.

Si tu conocimiento es inestable y frágil, como quien está parado sobre la punta de los pies, no te sostendrás en la práctica de tu oficio.

Si quieres avanzar a grandes pasos, no puedes andar el camino del verdadero aprendizaje, que es lento, silencioso y hacia adentro, no hacia adelante.

Un sostenido trabajo en el consultorio con las pautas que tu maestro te halla dado y el permanente cultivo de tu energía interna son las dos piernas para caminar en el Tao, y que te permitirán luego acceder a tus propios descubrimientos.

Si te muestras demasiado jamás serás contado entre los ilustres.

No extremes, no brilles por demás, no enceguezcas a tus pacientes.

No vivas con esfuerzo, no te andes cuidando exageradamente.

Los antiguos maestros llamaban a estas cosas "excrecencias de la conducta", "sobras", y por ello las desechaban.

Naturalidad, una danza fluida entre las fuerzas que se oponen, como un barquero que aprovecha las corrientes, progresar hacia adentro, es el que camino que marcaron los sabios."

Jbv

lunes, 7 de octubre de 2019

Lecciones médicas del Tao Te Ching. Capítulo 69.

Lecciones médicas del Tao Te Ching. Capítulo 69.



"Quien porta la sabiduría médica no adopta una actitud "ofensiva",
Sino mas bien "defensiva".

Demora su palabra,
Mas bien alarga su escucha y profundiza su silencio.
Mas bien retrocede que avanza.

Nunca subestima lo que pueda decir el paciente. En cualquier momento es capaz de surgir de sus labios la valiosa clave de su enfermedad.

No hay mayor desastre que menospreciar al paciente e imponerse.
En ese momento es cuando los tesoros se pierden.

El buen guerrero deplora luchar, por eso puede ganar la batalla al no verse enredado emocionalmente con su enemigo.

Quien porta la sabiduría médica mas bien rechaza el imponerse, por eso da espacio a la persona y logra ver más allá de las palabras, las claves y secretos que le permitirán ganar el combate contra el mal que aqueja a su paciente."

Jbv

Imagen: "Guang Di", legendario guerrero de la china, modelo de la nobleza en combate.