domingo, 4 de septiembre de 2022

Canto antiguo en el viento

 



Me quedé absorto mirando el río y su eterno decir adiós.

Empecé a oír que el viento en su soplo traía consigo un canto antiguo, más antiguo que todo lo que conozco.


Desde el imponente cerro marrón mil formas fueron mostrando lo que verdaderamente ocultan. Y ese canto me confesaba que -aunque mi pequeña mente conciente afirme que no pertenezco a estas tierras- algo mío muy muy de antes ha estado aquí una y otra vez, una y otra vez.


Y fui piedra, espino, jote, valle, silbo de pájaros, lapacho en flor, cactus guardián, lagarto, zorro y tal vez algún viejo indio caminador.


No comprendí al principio, pero una hilacha de mi espíritu, o eso mío que viaja a través de las eras y los milenios sabe bien todas las cosas de aquí. Pero aún no las recuerda del todo.


Un conocimiento silencioso sobre esa Fuerza que a donde vamos nos sostiene y guía si nos atrevemos a subir a las escarpadas cornisas de piedra filosa a conversar calladamente con Ella.


Y un instante volví a querer quedarme en ese cielo, y un misterio que me produjo terror entre un matorral me dijo claramente: jamás te separes de los otros.


Esa Fuerza a veces nos mira.

América es el largo Camino de los antiguos olvidados, de los que nos guían si suspendemos la incredulidad.

Y desde todos los sitios nos están contemplando.

.

.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario