domingo, 4 de septiembre de 2022

El camino lento

 



En la era de la fugacidad y la banalidad es revolucionaria cualquier cosa que requiera tiempo, práctica, profundidad, estudio, disciplina, compromiso con un camino lento, largo y sinuoso.


El legendario Fuxi recibió el conocimiento del funcionamiento último del universo de la mano de una tortuga mientras holgazaneaba a la vera de un río.


Simbolizando con esta escena que al saber más elevado, a los secretos más hondos del Gran Misterio, a las claves de cómo se manifiesta el Camino en el mundo se accede lentamente, despacio, saliendo y entrando, en calma. Dejando que el tiempo pase y las cosas maduren internamente.


No puede apurarse la sabiduría. Todo el mundo de hoy, con su obsesión express por la inmediatez conspira contra cualquier búsqueda honesta de conocimiento profundo.


Disciplinarse, no esforzarse. 

El "remarla" es para un camino sin corazón.

La práctica cotidiana, disciplinada, comprometida, de lo que sea que tenga corazón no lleva esfuerzo ni requiere una  voluntad tortuosa.


Aprender a no hacer, a dar tiempo y lugar a que las cosas sigan su curso natural, a no ansiar demasiado el fruto de la acción, es un arte que es difícil de ejercer entre los antivalores actuales de la dopamina inmediata, del esfuerzo, la rapidez, la proactividad, el logro y la especialización.

.

.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario