jueves, 26 de septiembre de 2019

Apuntes de sachasofía: "El río maestro"

Apuntes de sachasofía: "El río maestro".



Llegué hoy luego de larga caminata al pie de La Cumbre, adonde nace el río Siambón, arriba, en la mágica y mística región de sabios, longevos y curanderos.

Bajando ya de vuelta, al pasar por el rancho perdido de los Romano, me la veo a la María Rosa entrando la majadita de ovejas al corral.

"El león ya me ha matao tres este mes."

Hablamos del puma y le cuento que más arriba, sobre un acantilado, me había sorprendido ver que caían piedras, como si alguien las estuviera empujando. Miré un rato, algo innombrable me inquietó y seguí mi camino apurando el paso.

 Me ha dicho: "el toro o el caballo no se acerca al borde, si tiraba las piedras era el león, pa asustarlo a usté".

Me heló la sangre saber que pude haberme cruzado con la fiera dueña del cerro esa mañana. Luego pensé que morir peleándole a un puma no está nada mal, como Tristan Ludlow, que acabó sus días luchando con un oso en los bosques de Montana.

Me dijo María Rosa, al mostrarle la foto, que en realidad no era ahí el nacimiento del río, que faltaba un poquito nomás para llegar. Hablamos del agua, de su absoluta pureza y frescor.

"Por eso vive tanto la gente aquí", afirmó con seguridad. "Es por el agua".

Y sachasofando un rato admiramos el comportamiento de esa serpiente líquida. Ella dijo que siempre piensa en el río, y que éste le enseña. Yo recordé al viejo Siddharta, cuyo maestro también fue un río. ¿Y qué le ha enseñado?, pregunto.

"El agua enseña muy mucho si le presta atención. Fijese que se puede uno acomodar a todo haciendo como ella. Y si uno no se anda peleando con la vida, vive muy mucho. Para mi abuela medio india era como un dios.

Me decía que mire: el río no tiene forma propia, sino que asume la de la ocasión que se presenta, pero sin jamás perder su esencia. Siempre es agua.  Se amolda a todas las formas.

También adopta los cambios según la circunstancia del momento.

 Si hay calor, se calienta y se hace vapor. Si hay frío, se yela. Así, siempre sale adelante al fin y sigue siendo agua pura.

Corre, se detiene, baja, sube, golpea, rodea, empuja o acaricia. Va siempre pal lao de los tiempos, siempre siendo agua.

 Es humilde, mirelá, siempre por los lugares bajos, y no se le niega a nadien. León y corzuela, hombre malo y los perros, a todos da de beber. Es el modelo perfecto de como nos podemos acomodar a las cosas sin dejar de ser lo que somos, y ser buenos."

Nos saludamos. Al rato llegué hasta la ruta, frontera donde acaba el silencio y el mero estar presente de toda la vida en el cerro, y nace la imponente presencia del huinca con sus motos y 4x4, parlantes y demás calamidades de fin de semana.

Jbv

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