Lecciones médicas del Tao Te Ching. Capítulo 53.
"Cuando se ha vislumbrado la esencia de la práctica, lo único que debe temer el médico es a los desvíos que conducen a la extravagancia y estar atento a volver siempre a la raíz de lo aprendido.
El gran Tao es simple de comprender y fácil de practicar.
La verdadera medicina es sencilla de entender y de aplicar, pero muchos practicantes aman los senderos tortuosos y los caminos laterales que los llevan a perderse en el bosque de lo difícil y lo complicado.
A menudo el médico se viste con ropajes vistosos y apariencias exóticas, expone un habla florida y conceptos complejos y desconcertantes. Es capaz de citar todos los documentos antiguos y los nombres de los maestros de la tradición, pero incapaz de aliviar un alma doliente.
Y bajo todo ese adorno, la salud del paciente se deteriora día a día y su desequilibrio se profundiza sin encontrar cauce. Su mente y su cuerpo se vuelven un campo yermo e infértil, el yin y el yang toman caminos divegentes y su espíritu se pierde en la confusión.
La luz brillante y la técnica deslumbrante, las maneras exageradas y la parafernalia no son el camino que sigue el Tao.
Esa es la senda de los bandidos."
Jbv
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