domingo, 16 de febrero de 2020

Lecciones médicas del Tao Te Ching: capítulo 27



Lecciones médicas del Tao Te Ching: capítulo 27

"Cuando estás enfocado tan sólo en la esencia de lo que haces te olvidas de lo secundario y lo accesorio.

La más alta categoría es ser capaz de hacer sin hacer, de resolver sin necesitar herramientas, de terminar la obra y que no queden allí pistas de tu tarea, e irse a otra parte sin reclamar mérito.

Quien porta la sabiduría médica sólo tiene por objetivo devolver el equilibrio perdido a los dolientes y perdidos que acuden a su puerta.

Olvida todo y su mira está puesta en llevar a cabo su misión de la manera más natural y discreta.

Trabaja sin dejar huellas propias, busca por todos los medios que su paciente encuentre por sí mismo el sendero que lo sacará del cautiverio y lo llevará a una plena libertad sin dependencias externas.

Con sencilla, amorosa y certera Visión le indicará a la persona rendida el lugar indicado en dónde  tirar las redes para realizar una pesca milagrosa en un lago que parecía ya vacío de peces.

Como un sastre, da puntadas pero no queda hilo detrás.

Es como un caminante que no deja huellas o como quien da un discurso silencioso sin palabras.

Desata el nudo en donde se ha atascado su paciente para que esta persona pueda dar el siguiente salto en su camino de evolución.

Quien ha asumido la misión médica no desampara a nadie jamás y siempre lo hace sin ostentación y en lo secreto.

Lleno de luz, no se tiene por maestro ni va dando cátedra por el mundo.

Si el Camino le presenta un discípulo, o un verdadero discípulo lo encuentra a él, ambos, desinteresadamente, se benefician y se nutren, como un artesano y su materia prima que es transmutada en algo superior a la suma de las partes.

Aparecer ignorante siendo sabio es la más alta maravilla."

Jbv

Imagen: Shitao, pintor, calígrafo y poeta taoísta del siglo XVII.

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