martes, 22 de septiembre de 2020

Lecciones médicas del Tao Te Ching: capítulo 5.

 



Puedes ver que en la Naturaleza no existe la condescendencia. Todas las criaturas son tratadas por ella como si fueran "perros de paja", nada más que objetos descartables hechos para otros fines que trascienden a los seres: la vida y la muerte, la rueda de la existencia.


Quien porta la sabiduría médica no es condescendiente con quienes acuden a su puerta pues conoce esta realidad. Si la persona está rompiendo reglas naturales en su vida cotidiana que le producen la enfermedad, el médico no debe dejarlo pasar. Debe decirlo con toda la honestidad de que es capaz, pues la naturaleza no es flexible en sus leyes. 


Amorosidad y empatía sin condescendencia.


El objetivo final del médico es que la persona se cure. Y si es necesario hablar con franqueza para que la persona cese en los hábitos que la enferman deberá encontrar la manera de hacerlo. 

No se le puede hacer trampas al Tao.


El espíritu del gran médico está vacío como un fuelle. Que sin apegos, puede producir sin condescendencia lo necesario para cada persona que llega a su casa.


Siempre en el centro y el vacío. La escucha activa. Sin tanto hablar, lo necesario para cada cual y con la palabra adecuada y compañera para cada uno. Si no paras se parlotear, pronto te quedas sin mucho que decir.


Jbv


Imagen: dice el Tao Te Ching: "Cielo y Tierra no son amorosos, no conocen benevolencia, tratan a todos los seres como a perros de paja". Los animales de paja, los "perros de paja" eran utilizados en festividades de la China antigua, en las que eran tratadas con reverencia y luego pisoteadas, quemadas y abandonadas, significando lo fugaz y perecedero de la vida, que somos meros eslabones de un fin mayor que nos trasciende completamente.

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