miércoles, 2 de septiembre de 2020

Lecciones médicas del Tao Te Ching: capítulo 4.


 


"Quien porta la sabiduría médica tiene el aspecto de un cuenco vacío, que por más que sea usado jamás se colma. Ha producido tal espacio interior que todas sus capacidades tienen lugar para aflorar naturalmente, espontáneamente, como el agua que es volcada por una jarra sin ser retenida por ella.


Su mente y su espíritu son profundos, enfocados plenamente desde esa sin-forma en ver los desequilibrios subyacentes al padecimiento que traen los dolientes que acuden a su puerta. Se ha vuelto al estado original de la mente, sin conceptos, pura conciencia sin definir ni limitar.


Con esta disposición en su espíritu atento y una mente sin pensamiento ni forma, es capaz de acoger sin discriminación de nombres todos los trastornos y devolverlos al equilibrio sano y dinámico del yin y el yang.


Todo lo que para otro médico ordinario es fragmentación, complejidad y rareza, para él es un simple devolver a la persona al Tao. Simplificar todo, mellar los filos, desanudar los nudos, opacar lo que deslumbra, asentar el polvo.


Quien porta la alta sabiduría médica sólo observa desde el vacío sin diversificar, la infinitud de los cambios del yin y del yang, y desde allí, como una fuente suave y siempre rebosante, brota todo su conocimiento, intuición, su palabra vivificante y esperanzadora. Toda su capacidad sanadora aflora espontáneamente, natural y automáticamente, como si la solución siempre hubiera estado allí."


Jbv


Piezas maravillosas de gres de mi querida maestra Carla Farias. Pertenece a un juego de cuatro cuencos y tetera. Toda la fuerza vital de esta gran creadora late en esta obra.  Este vaso es usado a diario especialmente para tomar mis tinturas o infusiones de plantas medicinales, y despertar la visión interior.


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