viernes, 4 de septiembre de 2020

Lo cotidiano se vuelve mágico

 "Cultiva el Tao como un ladrón: que ni siquiera tus amigos, tu pareja o tus hijos sepan nada de ello.


Hazlo con total discreción, como si se tratase de algo absolutamente prohibido.


Pasa desapercibido ante los ojos del mundo. Que las cosas cotidianas sean tu templo y tu dojo de práctica.


Que no haya vestido ni peinado ni adorno que te distinga. Invisible es el Tao. Mas nada queda sin hacer. 


Las plantas crecen y maduran, los animales nacen y mueren, la marea sube y baja, y uno no es necesario para nada.


Nadie verá nada extraño, pero quien esté atento observará un sutil brillo en tu mirada, una luz particular en tu modo de hacer las cosas.


No te quedes en ese halago silencioso, en ese callado aplauso. 


Sólo continúa. No hay nada especial, y todo está cargado de magia al mismo tiempo."

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