lunes, 8 de febrero de 2021

El joven y el maestro. Trazos sobre el hex. 4




¡Joven necio! ¡atraviesa urgente el caos primtivo! 

¡Viejo tonto! ¿Aún permaneces en los desiertos de la oscuridad y la ignorancia?


Aquiétate como manda la montaña.

A sus pies las aguas abismales.


A veces se es maestro, a veces joven a-lumno sin luz.


El río inseguro, serpenteante y dubitativo al pie del imponente cerro. 


Todo verdadero maestro suele ser reticente con su saber. No lo vocifera ni lo entrega a cualquiera. Eso aprendió Zaratustra en el mercado cuando bajó de su caverna.


A veces el alumno debe tomar por asalto al maestro. Si sabes que estás listo, joven, obliga a aquel sabio a que sea tu maestro.


¿Qué habría sido de de nosotros si el joven guardián de la frontera no hubiera extorsionado a Lao Tsé exhortándolo a dejar por escrito su sabiduría, a cambio de permitirle cruzar y perderse en el oeste? A su impertinencia debemos el Tao Te Ching.


Si eres maestro, responde claramente, directamente. Haz claro lo oscuro.

Si eres alumno, acepta la respuesta, mastícala, rumiala. No molestes demás. No te creas especial ni busques prioridad ante otros discípulos. Haz un esfuerzo, trabaja en tu aprendizaje.

¡Mucho menos vayas a ser desconfiado! Frente al maestro suspende por completo tu incredulidad.

Luego de aprendidas las cosas, de germinada la semilla, olvida todo y encuentra tu propia verdad interior. Pero solo entonces. No divagues antes de tiempo.


Si eres maestro no toleres preguntas desconfiadas o maliciosas. Acepta el entusiasmo juvenil y la pasión por saber, pero no la estupidez y la necedad.

Deja que ese fresco manantial corra y busque su cauce. ¡No lo moldees! ¡No adoctrines!


El agua avanza colmando los huecos que se le presentan en el Camino. El joven aprende llenando sus dudas, disipando niebla paso a paso. Así se abre la vía al conocimiento.


Sustenta su carácter el buen alumno aplicando lo aprendido mediante la puesta en práctica porque la experiencia es el maestro perfecto. Sin práctica no hay conocimiento. La práctica siempre delante de la teoría.


Si eres maestro, no domestiques ni amaestres un perro. Tu trabajo es enseñarle a cazar a los tigres cachorros huérfanos.


Luego de la danza entre el Cielo y la tierra, y el descanso de la detención inicial, el caos primitivo surge. Brota el joven arroyo al pie de la montaña. 


El joven busca el camino. El maestro encuentra su alumno. Juntos son los extremos de un lazo indestructible. Una unidad que se encamina a la luz.


Jbv. Trazos dictados al oído por el hexagrama 4 "meng", I Ching.


 

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