viernes, 9 de abril de 2021

Desmitificar la meditación



 





Desmitificar la meditación

La palabra "Meditación" lleva hoy una carga de imaginería tan pesada que a muchísimas personas les acobarda la sola idea de asomarse a ese mundo.

Está envuelta en un halo esotérico y misterioso que parece una práctica tan sólo para iniciados.

En el taoísmo primigenio, previo a lo que hoy se conoce como la religión taoísta, llena de parafernalia y complejísimas técnicas de alquimia interna, se abogaba por la más absoluta sencillez y simplicidad. Ni siquiera se hablaba de meditación, sino simplemente de "sentarse quieto sin hacer nada."

Se trata de una práctica natural del hombre en estado salvaje. Debemos recuperarla.

La meditación no era para Chuang Tzu, Lao Tsé, Lieh Tsé, y el ancestral I Ching, un hacer cosas, sino todo lo contrario, un absoluto no-hacer.

Los personajes que pueblan las historias de estos seguidores del Camino (Tao) que no pertenecían a ninguna escuela, son siempre gentes sencillas, sin complejidades artificiales, sumidas por completo en su sabiduría natural, tal como los sachásofos de nuestra tierra sudamericana de hoy.

Acompañados de su infusión predilecta, simplemente practicaban la contemplación. Algunas otras plantas maestras también elevaron progresivamente sus consciencias.

El maestro Lao Tsé meramente aconsejaba sentarse, vaciar la mente y llenar el estómago (de energía vital, con respiración abdominal). Quedarse con lo esencial y descartar todo lo accesorio.

Es la maravillosamente simple práctica que enseña el I Ching en el Aquietamiento. (Hex. 52)

Aquieta tu espalda, de modo que ya no sientas tu cuerpo. Desde ese estado de aquietamiento podrás salir incluso creativamente al mercado y a la ruidosa feria, a ver a tu gente, y los vaivenes y conflictos, las habladurías del mundo no podrán alcanzarte. Aunque tu boca hable, tu mente permanecerá en silencio. Quieto como una montaña, no vayas en tus pensamientos más allá de tu situación, de tu momento presente.

Quietud y silencio, como ejes del movimiento exterior, tal como aconsejaba nuestro sachásofo Atahualpa Yupanqui: 

"En cuanto al silencio, es necesario. Hasta en la música se parte del silencio. Sin el silencio no hay nada, no hay nada creativo.
El silencio es un detener, si es posible el pulso del pensamiento, para uno poder después volar bien afirmado por lo menos en lo que uno cree que es bueno y saludable para el alma". 

Chung Tzu aseguraba que el sosiego de la mente puede curar una enfermedad. 
Sentarse quieto sin hacer nada.
Mudar en lo exterior, permanecer inalterado en el interior. Sencillamente mantenerse atento y sin distracción, con el espíritu recogido. Mantener la espalda derecha parece que naturalmente propicia la fluidez de la mente. Dice Chuang Tzu: "Tente recto, eso es todo. Y serás flexible".

Desmitificar la meditación ayudará a que muchas personas comiencen conscientemente esta no-práctica natural en los humanos que vivían y viven aún más cerca de la ancestralidad sin parafernalia.

Sentarse quieto sin hacer nada. Acceder de a poco a un estado de sosiego interior. No intervenir en ese flujo.
Si hay calma y silencio, goza de la calma y el silencio. Si hay caos mental y ansiedad, sólo observarlo y tomar nota. No lo sigas. No hagas nada. Wu wei. Dejar que los movimientos internos sigan su curso, estando en reposo.

Un rato. Todos los días. Muchos ratitos, momentos, instantes, todos los días.

Aconsejaba Chuang Tzu lo que aprendió de pescadores y carpinteros, antiguos sachásofos de la China: "Perfecciona tu mente. Sólo has de mantenerte en el no-actuar y las cosas se transformarán y enmendarán por sí mismas. Abandona tu cuerpo, vomita tu inteligencia, sumérgete en el olvido de las cosas exteriores, hazte uno con la energía cósmica, libera tu mente y deja suelto tu espíritu, elimina todo cálculo y todo intento".

Es acceder al estado de consciencia del carrero que se inmortalizó en los versos de Romildo Risso y en la guitarra de Yupanqui:

"Porque no  engraso los ejes
 me llaman abandonao. 
Si a mí me gusta que suenen,
Pa qué los quiero engrasar.
No necesito silencio,
Yo no tengo en qué pensar.
Tenía... Pero hace tiempo,
Aura ya no pienso más".

Jbv

No hay comentarios:

Publicar un comentario