martes, 13 de abril de 2021

Vacío


 

Vacío como un valle por donde el río puede correr a su gusto.

Vacío como el espacio entre el Cielo y la Tierra, donde los cerros se elevan, las llanuras se extienden, los bosques abundan y los diez mil seres prosperan y viven sus experiencias entre el nacimiento y la muerte.


Vacío como el silencio interior del sabio santo. Vacío como su mente en la que las mutaciones pueden ser abrazadas sin juicio, con calma, donde la despreocupación y la tranquilidad habitan inalterables a los sacudones del acontecer del mundo porque conoce que el único conflicto ocurre en el espacio interior.


El vacío es de utilidad inagotable. La saturación es la muerte.


Saber cuándo es suficiente es la más alta maravilla. No pretender retener.  Desalojar lo que se ha completado para volver a renovar es la senda de los inmortales.


Se vive en el espacio vacío de las casas, no en sus paredes. 

Se vierte agua en el vacío de la jarra, por ello es útil.

Se sopla en el vacío de la flauta y es por ello que emite su música.

Atravesamos puertas y ventanas por su vacío y accedemos a la auténtica Comprensión cuando hemos vaciado nuestra mente por completo.

Somos capaces de amar realmente cuando vaciamos de nosotros mismos nuestro corazón, y la entrega total sólo ocurre tras vaciar de manera radical nuestro egoísmo.


El vacío es el lugar donde ocurre una vida que valga la pena. Hacer vacío una y otra vez es el Camino de los Caminos.

El profundo y sagrado no-hacer, la incomprensible acción sin acción de los santos sabios invisibles del mundo.


Jbv


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