lunes, 21 de diciembre de 2020

El "Te" y los diez mandamientos

 


Con el solsticio entramos de lleno al elemento Fuego, el que lleva todas las  cosas a su consumación.


En las escuetas enseñanzas que Lao Tsé dejó en ese manojito de imágenes que es el Tao Te Ching es central el concepto de "Te". 


 El Te es nuestra virtud individual, nuestro poder personalísimo, lo que está en nuestra íntima naturaleza ser cuando vamos inmersos en el sentido de esa gran corriente que es Tao.


Tao es al Te lo que la tierra, la humedad y la luz adecuadas son para que una determinada semilla ofrezca el árbol y el fruto que lleva adentro, y no otra cosa desviada de su esencia.


Apartando los obstáculos, dejando de intervenir en el curso natural de las cosas, dejando de hacer tonterías y aplacando nuestra desmedida importancia personal, que permanentemente nos dice qué hacer y qué no hacer para engrandecerse aún más, permitimos que todo lo que está en nuestra íntima naturaleza ser, tanto desde lo mental y espiritual, como en lo físico se despliegue en plenitud y se lleve a la consumación.


Dice en su traducción William Scott Wilson: "Te es la potencia natural de todo fenómeno. Todo, desde el hombre hasta las plantas y la piedra tiene su propio Te o está lleno de él. El Te es su verdadero carácter natural. Es lo que queda después de haber tirado por la borda todo el equipaje."


El genio taoísta Chuang Tzu lo expresó así: "lo que yo llamo Bien no es el humanitarismo ni la rectitud. El Bien se encierra en tu propio Te. Significa cargar con el sentido de la naturaleza innata que se te ha impuesto."


Y nosotros, ¿estamos cargando con el sentido de la naturaleza innata que se nos ha impuesto? ¿Dejamos de obstaculizar con nuestro gigantesco Yo y con nuestro grado enfermizo de civilización lo que está en nuestra naturaleza innata ser? 


¿Permitimos que nuestro Te, tanto espiritual y psíquico como físico se despliegue en plenitud?


Estamos enfermos de civilización. Esta civilización y su modo de vida es un gigantesco obstáculo entre nuestro potencial genético y el pleno desarrollo de nuestro Te. Urge una resilvestración: redescubrir los comportamientos evolutivos más importantes que promuevan la expresión óptima de nuestros genes, los cuales prácticamente no han cambiado en los últimos sesenta mil años.


Descivilizarse: tirar por la borda todos los comportamientos que entorpecen la expresión óptima de nuestro diseño biológico, que es el resultado de casi dos millones de años de evolución y adaptación, dándole permanentemente cosas que ese diseño no espera, y no dándole nunca aquello que sí espera. 


Mark Sisson da sus 10 mandamientos del cavernícola que pueden orientarnos en el camino al despliegue de nuestro Te como especie: 


''Nada en la biología tiene sentido, excepto a la luz de la evolución''


PRIMER MANDAMIENTO: Come plantas y animales: Disfruta los alimentos naturales y saciantes que han servido de combustible a la evolución humana durante dos millones de años. 


SEGUNDO MANDAMIENTO: Evita cosas venenosas: Evita alimentos procesados (grasas trans y parcialmente hidrogenadas, azúcares, leguminosas y cereales, incluyendo cereales integrales) que son incompatibles con nuestros genes y nos engordan y enferman. 


TERCER MANDAMIENTO: Muévete con frecuencia, pero despacio: Mejora la metabolización de la grasa y evita el agotamiento manteniéndote activo, pero sin exagerar.


CUARTO MANDAMIENTO: Levanta cosas pesadas: Haz sesiones breves pero intensas de movimientos funcionales de todo el cuerpo para promover el desarrollo muscular y retrasar el envejecimiento. 


QUINTO MANDAMIENTO: Haz sprints de cuando en cuando: Los sprints intensos ocasionales optimizan la expresión de los genes y el flujo hormonal. 


SEXTO MANDAMIENTO: Duerme lo suficiente: Evita el exceso de luz artificial y estímulos digitales después del anochecer para alinear tu ritmo circadiano con el sol y disfrutar de excelentes funciones inmunológicas, cerebrales y endócrinas. 


SEPTIMO MANDAMIENTO: Juega: Equilibra el estrés de la vida moderna con algo de diversión física espontánea. Tanto los recesos breves como las salidas largas son esenciales para el bienestar físico y mental. 


OCTAVO MANDAMIENTO: Toma suficiente sol: ¡No le temas al sol! Una exposición adecuada al sol ayuda a sintetizar vitamina D, la cual garantiza una función celular saludable. 


NOVENO MANDAMIENTO: Evita los errores estúpidos: Cultiva la vigilancia extrema y el manejo de riesgos para evitar el tipo de errores estúpidos que les provocan “dolor prevenible” a los humanos modernos. 


DECIMO MANDAMIENTO: Usa el cerebro: Involúcrate en actividades creativas y estimulantes para mejorar tu salud mental y tu bienestar general."


Nuestra misión y destino psíquico y espiritual se despliega si borramos los obstáculos de nuestra desmedida importancia personal. Nuestra máxima expresión física la obtenemos descivilizándonos un poco. 


Sacar el mayor provecho de nuestra receta genética para disfrutar de una larga vida de excelente salud y máximo desempeño. Resilvestrándonos, descivilizando nuestras decisiones y hábitos abrimos el campo para que nuestro Te se exprese en su plenitud y se lleve a su consumación.


Jbv


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