miércoles, 23 de diciembre de 2020

La fuerza y la afabilidad del desborde hex 43



A veces la fuerza nos posee, nos desborda como algo incontenible. Tras ese momento de euforia y revelación, toma el mando una alegre serenidad que lleva adentro la firme resolución de integrar definitivamente las sombras. 


Decidimos llevar al plano de la consciencia todas nuestras oscuridades, sin engañarnos, dándole aviso de esta lucha que comienza a todos los aspectos de nuestro ser. Todos los recursos del reino serán puestos al servicio de este propósito.


Pero no tomaremos armas vulgares. En una mano llevamos la fuerza y en la otra la afabilidad. El agua es nuestra maestra. Y sabemos que siempre vence cediendo, buscando siempre hacia adelante los caminos de menor resistencia.


"El lago ha subido al cielo: la imagen del desbordamiento. Así el noble dispensa sus riquezas hacia abajo y recela cobijarse en su virtud".


I-Ching, hex. 43. Kuai, el Desbordamiento, la resolución.


"Se hace absolutamente necesaria una lucha incondicional si uno está dispuesto a contribuir a que llegue a gobernar el bien. Empero, para una decidida lucha por el bien destinada a eliminar el mal, existen determinadas reglas precisas que no pueden dejarse se lado si se pretende obtener el triunfo:


1° La decisión debe fundarse en un enlace entre la fuerza y la afabilidad.


2° Un compromiso con el mal no es viable; este debe quedar desacreditado sean cuales fueren las circunstancias. Del mismo modo, no es tampoco lícito que uno emule o embellezca sus propias pasiones y defectos.


3°  La lucha no debe ser conducida por medio de la violencia directa. 


Allí donde el mal se ve descubierto y estigmatizado, lucubra las armas a que debe recurrir, y cuando uno le hace el juego de combatirlo golpe por golpe, sale perdiendo, puesto que en esta forma uno mismo queda enredado en odios y pasiones.


 Por tanto, es cuestión de comenzar mirando por casa: mantenerse personalmente alerta en cuanto a los defectos estigmatizados. Así las armas del mal perderán por sí solas su filo, al no toparse con ningún adversario. 


Del mismo modo, tampoco los defectos propios han de combatirse directamente. Mientras uno siga debatiéndose con ellos a golpes, permanecerán siempre victoriosos.


4° La mejor manera de combatir el mal es un enérgico progreso en sentido del bien."


Richard Wilhelm, comentario al Hex. 43 del I Ching, Kuai, el Desbordamiento, la Resolución.


Río de la Plata, mi gran maestro.




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