jueves, 19 de diciembre de 2019

Lecciones médicas del Tao Te Ching. Capítulo 78

Lecciones médicas del Tao Te Ching: capítulo 78.

"El estado óptimo de salud se sostiene con flexibilidad y blandura. Es menester una elástica sintonización con los cambios exteriores, ambientales, estacionales, climáticos.

Esta actitud es la que derrota al malestar provocado por la rigidez y el modo estático de vivir siempre igual.

El dolor, la enfermedad, la tensión nerviosa y la insatisfacción están ahí como una roca en el curso del río, esperando y entorpeciendo el fluir del agua. Debe rodearse, evitarse con agilidad y flexibilidad líquida.

A su vez, paradójicamente, son necesarias la firmeza y la perseverancia para sostener esa actitud de blandura y "debilidad" frente a los embates del viento, como hacen la caña y el junco, que vencen cediendo. Y vuelven a su posición pasado el sacudón.

Quienes siguen el curso de la naturaleza para mantenerse saludables oponen yin al yang, y yang a yin. También aprovechan y cultivan el fuerte yang activando el yang, y sostienen el débil yin aquietándose.

Cambiadas las condiciones se readaptan y siguen con su vida.

Para fluir blandamente con las mudanzas se precisa disciplina y constancia para adoptar los cambios de hábitos necesarios a lo largo del año, dependiendo lugar, clima, estación, edad, sexo, etcétera, para mantener plenas la vitalidad y salud.

Todo el mundo sabe esto y sin embargo nadie lo practica.

Las personas viven como si la vida fuese una línea recta, inalterable, que jamás sufre variaciones.

La gente es incapaz de tomar las curvas que se presentan en el Camino. Todo el año, toda la vida mismos horarios, dieta, hiperactividad, sedentarismo.

La vida rígida y estática enferma. La vida fluida, flexible y blanda es saludable.

En comportarse como el agua está la respuesta: si fluye y corre, es clara, pura y sana.

Si se estanca, se corrompe y se vuelve una ciénaga llena de enfermedades pestilentes.

Del mismo modo actúa quien porta la sabiduría médica: jamás verá a un paciente como algo rígido o fijo, sino que siempre adaptará flexiblemente su tratamiento a las reales condiciones de la persona que acude a su puerta. Jamás verá a dos dolientes de la misma manera, ni insistirá rígida y dogmáticamente en algo que no está funcionando, sino que adoptará cambios.

Incluso en el curso de un mismo tratamiento se comportará como el agua, tomando las medidas y modificaciones necesarias según avance la curación.

A quien trate los desequilibrios y males de los demás de esta manera se le puede confiar la salud de todos y todas."

Jbv

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