domingo, 19 de enero de 2020

Lecciones médicas del Tao Te Ching: capítulo 68.




Los mejores en cada disciplina no se dejan arrasar por las emociones que llevan implícitas las tareas que realizan.

Así, el mejor soldado no es belicoso ni avanza ciego de furia con la lanza, el campeón invencible en la lucha no es engreído ni orgulloso, ni jamás subestima a su oponente. El General más capaz sabe evaluar fríamente las condiciones de la batalla, cuándo atacar de frente al ejército enemigo y cuando dar un paciente rodeo. El que es buen jefe no hace abuso de su autoridad y vive atento a las necesidades de sus subordinados. El buen calígrafo no permite que le gane la ansiedad. El buen artista busca los medios más adecuados para expresar su interioridad.

Debes permanecer centrado y flexible, eso es todo. Y si tienes el talento y la práctica suficiente, tu tarea será realizada a la perfección.

El ciruelo nunca se distrae. Así da en el tiempo correcto su flor.

Por eso, quien porta la sabiduría médica no se deja arrasar por la compasión frente a quienes acuden a su puerta solicitando alivio, ni se jacta de sus logros terapéuticos cuando logra una curación espectacular.

Si estás enfocado realizas lo que tienes que hacer sin titubeos. Tu mente no sufre distracciones sobre premios y castigos, u honor y deshonra.

Así vives sin oponerte a los designios del Camino del Cielo y estás conforme a lo que está ocurriendo realmente en este lugar y en este momento. De esta manera tu práctica se libera de conceptos e ideas haciendo que toda la energía esté a disposición de un logro perfecto.

Jbv

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