domingo, 24 de mayo de 2020

Añorandoi



¡Qué difícil es en la ciudad encontrar un refugio de silencio!

Un espacio abierto, un templo con techo de cielo en el que se oiga lo que el viento dice, el murmullo del secreteo sensual entre las piedras y el río.

Que se escuche a las aves conversar sus asuntos, o tan sólo el tum tum de la caja que el hombre lleva pecho adentro y le llaman corazón.
¡Y que se  oiga lo que esa caja tan honda canta!

¿Adónde ir? ¡Todo aquí es comprable y vendible! ¿Pero en qué tienda compro un poco de silencio? ¡Si he oído decir que no vale nada!

¿Adónde veo el horizonte, esa esperanza promesante del que siempre va andando?

¿Qué sentido puede tener la vida sin el olor del toronjil, el arcayuyo y los eucaliptos tras una lluvia?

¿Cómo hace el sol para salir al alba y ponerse al crepúsculo sin el llamado gritón de las gallinetas?

¿Qué significado tiene la vida sin el olor del caballo transpirado y de la bosta del buey?

¿Qué vale ese mero existir sin tierra en las manos, sin pensamientos que desplieguen alas y sin un callar compartido durante una senda perdida entre el verdor o la chacrita llena de santo maíz?

¿En qué triste balcón se oculta el misterio del monte?

¿En qué esquina espantosa se siente el olor del pan del horno de Juanjo y la carne criolla asada de don Miguel?

¿En qué sórdido callejón pueden los libros antiguos de sabiduría hablarle a uno mientras el pasto es colchón?

¿Qué bocinazo se parece al quejido de la burra y qué sirena desesperada puede siquiera asemejarse al chillido de los chanchos de Diego y Rosalía?

¿Qué transacción económico financiera rinde dividendos como el apretón de manos de Paco y su sonrisa franca?

Y tesoros guardados e historias, y aulas donde se dictan cátedras de sachasofía.... ¿Dónde están? ¿Adónde se encuentran en esta ciudad?

Rumbos que toman las cosas, siguiendo los senderos sinuosos que conducen al jardín interior.
Y ahí llegar, y allí reconocerse y descansar. En el secreto y buscado jardín interior al que en definitiva, todos y cualquier camino que tomemos terminará por llevarnos.

Jbv

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