miércoles, 6 de mayo de 2020

Relación de Fuerzas

En toda cultura ancestral, profunda, elevada y plena de sabiduría, existe la conciencia de que a fin de cuentas todo se resume en cuánta energía (con el nombre que cada cual le ha dado: Qi, prana, Ki, sami, newén, etc) entra, sale, y cómo es gestionada.

Para ello, estos diferentes pueblos a lo largo y ancho del mundo desarrollaron ejercicios energéticos que podían realizarse en serie o aisladamente.

También tenían consciencia de que toda la Tierra es un organismo vivo, y que cada una de sus partes constitutivas está interrelacionada por estas fuerzas sólo visibles y percibibles a través de un adecuado entrenamiento.

Así lo vieron además los Esenios a través de lo que ellos llamaban "Ángeles" de la Madre Terrenal, y los cristianos primitivos y padres del desierto fortaleciendo y limpiando su vínculo con el Espíritu Santo y con el poder de la oración de Jesús. Todos ellos nombres diferentes para mencionar ese Gran Misterio, ese Poder o Fuerza que nos sostiene y alimenta.

Cuentan algunos relatos de la frontera que cuando cayó prisionero el bravo cacique Vicente Catrunao Pincén, líder guerrero y espiritual de los Günün ä küna a manos de las tropas del ejército argentino en 1878, el coronel Conrado Villegas, apodado por los mismos indios "el Toro" por su coraje en combate, le preguntó durante un breve diálogo: "¿qué es para usted lo más importante?"

El jefe rebelde respondió imperturbable: "¡lo más importante es la fuerza!"

Villegas se quedó en la superficie de la respuesta, y orgulloso ante su rival vencido, lo confinó a morir de tristeza en la isla Martín García.

 Conversaciones posteriores con un hermano de lucha de Pincén aclararon un poco más al Toro la enigmática respuesta del líder Pampa: "El gran jefe se refería con la palabra 'fuerza' a la Energía, el Newén, la vitalidad poderosa que sostiene a cada uno de nosotros y a todas las cosas. El que forja y cultiva un poderoso Newén vive sano y fuerte. Quien puede ver y conducir el Newén puede curar y salvar a su hermano.

Todo tiene su Newén: el cielo, la tierra, el sol, la luna, las estrellas, el trueno, los rayos, el relámpago, la nieve, la lluvia. En la tierra habitan las plantas, ríos, volcanes, cerros, piedras, la medicina, y cada uno de ellos tiene su propio Newén. El ojo de agua, los caballos, todos nuestros recursos naturales lo tienen.

La tarea del hombre de fuerza es comunicarse con los distintos Newén para mantener el equilibrio natural.

Pincén sabía todo esto y nos lo enseñaba, por eso era un líder sabio y tantos años le ha costado a usted, a pesar de sus armas, vencerlo. Ahora todo ha terminado, pero su Newén es poderoso y no será fácil extinguirlo".

No existe ni existió ninguna cultura sabia y elevada espiritualmente que no supiera lo que enseñaba Pincén, y no haya diseñado ciertos ejercicios y rituales para cultivar esa energía.

Los que más se han popularizado en occidente quizás sean el yoga de la India o  el Chi kung y el tai Chi chinos. También en algunos círculos se conoce lo que Castaneda llamó Tensegridad, que son ejercicios que al parecer se practicaban en el México antiguo.

Aquí se ve una serie de ejercicios energéticos y de meditación de la tradición andina, muy poderosos por cierto. El manejo de la energía fue clave para todas estas culturas, y lo es para todo aquel que busque estar saludable, fuerte y equilibrado.

Texto: Jbv
Las imágenes fueron tomadas del libro "Espiritualidad Andina" de Jorge Alfano.



















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