sábado, 30 de enero de 2021

La paradoja vital


Tras todas las ansias de saber,

Luego de todos los derroteros,

Bosques atravesados,

Cuevas exploradas

Austeridades y sacrificios.

Voluptuosidades y extravagancias.


Mil caminos andados por la tierra y el pensamiento.


El saber se va, huye y abre huecos cada vez más hondos. No puede atraparse como no puedes encerrar la corriente del arroyo tomando un poco de agua en un balde.


Un trabajo simple de servicio.

Unos amigos con los que descorchar,

Un río que habla.


Un rayo espinudo que te abre la mente y el corazón para siempre.


La paradoja vital debe recorrerse: Sin ser expulsado, no caes en la cuenta de que estabas en el paraíso. Por eso dios es bueno. 


Sin buscar desesperadamente, no se te revela que el verdadero conocimiento llega cuando abandonas la búsqueda y te tumbas a descansar.


Jbv


 

viernes, 29 de enero de 2021

Bien, el árbol es la verdad

 




Cuando Lieh Tsé alcanzó la comprensión, simplemente regresó a su casa y se dedicó a los quehaceres hogareños, siendo dulce con su esposa y cuidadoso con su jardín. A quedarse en silencio y centrado, disfrutando de lo simple. Esa fue su iluminación. 


Allí vislumbró lo que en tiempos previos otro iluminado había dejado a modo de poema en el breve tratado del Camino y el Poder:

"Sin salir por tu puerta puedes conocer el mundo.

Sin mirar por la ventana se ven los caminos del cielo.

Cuanto más lejos hayas ido,

menos habrás aprendido.

El sabio conoce sin haber dado un paso,

Ve sin mirar,

Hace sin actuar."


Iluminación es sencillez, despertar es ocupar tu lugar sin mucho rollo ni sofisticación. Así son al menos los que yo he conocido. El Tao no está en la extravagancia ni en el aislamiento.


Si el Despierto realmente se hubiera iluminado bajo el árbol, en lugar de dar discursos se habría levantado y caminado de vuelta a su hogar a buscar a su esposa y a su hijo abandonados.


Cuando el galileo despertó salió de las sinagogas -de las cuales hubiera sido un gran rabino por su erudición y linaje- y se encaminó hacia las colinas y montañas, junto a su madre, hermanos y su compañera, andando con la gente sencilla, y a las playas a comer pescado asado con vino junto a sus amigos de las redes y las barcas.


La extravagancia te aleja. Ser agudo, ser siempre brillante te insume una energía descomunal. Ser especial te adormece en la bruma del sueño y engorda tu importancia personal.


Encontremos nuestro lugar, simple, sin rincones sombríos. Ése es nuestro árbol boddhi.


El movimiento del Tao es retornar. Todos los seres surgen, pululan y regresan a su raíz.


Cuando uno da sin freno quedan rotas las barreras de la individualidad.


Tal vez necesites irte lejos para encontrar el árbol adecuado. Bien, el árbol es la verdad. Cuando te levantes con la comprensión ve a los que te quieren como eras antes de despertar y retoma desde allí el camino. 


Jbv

Imagen: don Miguel, maestro sachásofo iluminado de el Siambón. Recolectando flores del gran tilo con poderes mágicos de los monjes.

martes, 26 de enero de 2021

La hostia y la pelota


 

No traces una línea entre tu práctica espiritual y tu vida ordinaria.

Que no sea más sagrado el templo que la taberna, en ambos sitios podrías toparte de repente con Dios.

Una pelota lleva tanta comunión como una hostia o una procesión.

Que tu rezo no sea más santo que el murmullo de un arroyo.


Que tu ideal no sea más real que la Vía del Cielo.

Bebe litros de serenidad al aire libre,

Canta salmos tan salvajes como coplas criollas.


Ya no maltrates a tu animal, no debes vencerlo, está ahí esperándote.


Toma vino pobre con amigos ricos,

Silba como un cañaveral acariciado por el viento.


No seas nunca solemne.


Mira a las personas, velas. 

Ríe con la inocencia de un niño y ponte a jugar con la seriedad con la que solamente ellos pueden hacerlo.


Duerme como un oso, no te apures nunca.

Nada es más importante que estar ahí en lo que estás haciendo cuando lo estés haciendo.


Jbv


domingo, 24 de enero de 2021

Reflexiones sobre el Hexagrama 23, "La desintegración", "descortezar", "separar".

 


Que todo lo vulgar e inferior se desintegre,

Que la fuerza luminosa del amor y la consciencia sean la resistencia.


La montaña sobre la tierra.

No vayas a ninguna parte.

No hagas. 

Solo contempla la imagen.


Del aquietamiento y la altura del espíritu, de la receptividad y la confianza en el Poder,

De la capacidad de ceder, de la no intervención en el proceso nace el permiso para que todo se desintegre por completo. 


"El noble observa con cuidado el cambio entre mengua e incremento, entre plenitud y vacío; pues ese es el curso del Cielo".


Todo resurge al fin transformado.



sábado, 23 de enero de 2021

Entre el templo y la taberna

 



Un ir y un venir,

Entre el templo y la borrachería.

En algún punto de ese camino

Hallarás la sombra del sauce que abrace tu descanso.


Si tu cosmovisión no sirve para tu día tirala a la basura.


¿Qué otra cosa es tu fuerza espiritual que una herramienta para tratar con las cosas de la vida cotidiana?


Ahí están tu dojo y tu tatami,

Tu retiro y tu ermita,

Tu desierto y tu montaña.

Entre el templo y la taberna van los pasos de la vía del Cielo.


¿No los ves? Tienen rostro de pareja, hijos, trabajo, casa. 

Allí están los escalones de la escalera al ascenso celestial. Tienen la cara de un amigo en problemas, el sacramento de un mate compartido, el sagrado sonido de una botella de vino al ser descorchada.


Amma Sinclética fue una mujer que en el siglo IV se llegó a los desiertos egipcios para vivir su espiritualidad inmersa en la naturaleza y en relación directa con Dios. Allí aprendió que la verdadera batalla que se libra es contra los propios demonios, sin importar adónde uno se encuentre.


Esta gran Madre del Desierto advirtió: "Muchos viven en la montaña, actuando como ciudadanos (es decir, llenos de ruido interno); éstos han corrido hacia su fracaso, y muchos de los que viven en las ciudades y hacen las obras de desierto (viven espiritualmente como quien está en el desierto) se salvan.


Es posible, en efecto, en medio de la multitud vivir en el espíritu y lo es también vivir aislado y con el pensamiento en medio del ruido y la multitud."


Lao Tsé expresó una idea parecida en su pequeño Tratado del Camino: "quien es capaz de permanecer quieto y en silencio en medio del movimiento duradero, podrá vivir en calma".


Por último comparto lo que al respecto dijo nuestro Avatar Yupanqui en el poema "El cielo está dentro de mí ":


"En lo alto de la sierra

Me detuve a descansar,

Pero sentí que me iba

Sin moverme del lugar.


Los ojos se me perdieron

En aquella inmensidad,

Y me olvidé de mi mismo

Tanto mirar y mirar.


De pronto me ha preguntado

La voz de la soledad

Si andaba buscando el cielo

Y yo respondí: quizás.


El cielo está dentro de uno

Y está el infierno también,

El alma escribe sus libros

Pero ninguno los lee.


A veces uno camina

Entre la sombra y la luz

En la cara la sonrisa

Y en el corazón la cruz.


Búscalo al cielo en ti mismo

Que allí lo vas a encontrar,

Pero no es fácil hallarlo

Pues hay mucho que luchar.


Por caminos solitarios

Yo me puse a caminar

Por fuera nada buscaba,

Pero por dentro, quizás."


¿Hay división entre tu práctica y tu creencia? Hay un mundo ideal y "la realidad" donde esas bellas ideas son inaplicables? 


Quedan sólo dos opciones: o ese libro no sirve para nada más que prender el fuego del asado, o eres demasiado flojo para empezar a andar la senda del vivir cada vez más de acuerdo a lo que crees.


Aquí, ya mismo, no hay más tiempo ni se darán jamás las condiciones ideales.


Jbv

Imagen Amma Sinclética de Alejandría.

Reza la inscripción: "Enciende el fuego divino que existe adentro tuyo".


viernes, 22 de enero de 2021

La espiral y la serpiente



"Surge el peligro allí donde alguien se siente seguro de su posición. Amenaza el hundimiento allí donde alguien lo tiene todo en orden.

Por eso el noble, cuando está en seguridad no olvida el peligro; cuando permanece no olvida el hundimiento, y cuando mantiene el orden no olvida la confusión." I Ching, el Gran Tratado, cap. 4


Y así avanzamos, con el recuerdo de haber retrocedido.

Y así perdonamos, recordando que fuimos ofensores.

Y así le sonreímos al dolor que ya no está, y le pedimos cautela a la desmesura.


En el desierto buscamos con desesperación el agua, y en el centro del mar un puñado de arena donde descansar.


En la liviandad vemos nuestra profundidad,

En el goce lo que fue represión,

En el permiso el antiguo mandato,

En la risa sepultamos viejas culposidades,

En el atrevimiento una tonta timidez.


Cuando creemos ver claro el camino, no olvidamos la pasada cerrazón y la posibilidad de hallarla en el próximo recodo de la senda.

Porque casi siempre es una espiral, o una serpiente ondulante hasta la definitiva muda.

En el cuerpo que se expresa libremente y pide sin vergüenza enterramos la cachetada del viejo y despreciable cura en la confesión.


La libertad rompió viejos barrotes, y la consciencia antiguos estados de sopor y anestesia.


La acción correcta y la correcta abstención no tienen juicio posible si surgen desde la Visión, desde la atención y la claridad.


Lo otro es sueño. A veces agradable, a veces peligroso y tremendo. El pecado es la inercia. El automatismo. Y es pecado al separarnos de la divinidad. 


Estar en el paraíso sin saberlo es el peor pecado. Es precisa la piedad y misericordia de Dios al expulsarnos, para que podamos volver ya transformados. Un dios que no expulsa es un mal dios.


Todo va, todo viene. A veces el vino es bueno, a veces áspero. Y entre los dos regalan una borrachera descomunal en el cielo de los mortales.


Jbv

 

sábado, 16 de enero de 2021

Abrigo de sombra

 



¿Eres un santo? Acaricia al feroz asesino.

¿Eres una santa? Véndele tu cuerpo al cerdo magnate lascivo.


¿Eres exitoso? Sal de ese refugio y haz algo de lo que no tengas la menor idea.

¿Eres un fracaso? Ríete a carcajadas y ponte a limpiar bien tu baño o el de alguien más.


No entiendas de separación,

Eso que está ahí también sos vos.


Del dos hacer uno. La noche baila un tango con el día

Y la luna se revuelca entre jadeos con el sol.


Dejate de idioteces, no hay decisión que tomar.


El bien y el mal beben vino en la esquina y se ríen a morir de los dubitativos,

Los escrupulosos, de los moralistas y de la bendecidora ñoñería espiritual namasterosa.


Abraza el uno, es un círculo. No intervengas para enderezarlo y hacerlo una recta.


 Sólo no jodas al otro y dejalo en paz.


La sombra es un manto y abrigo necesario,

Como necesario es matar impiadosamente al padre, al héroe y a Dios.


Jbv

lunes, 11 de enero de 2021

Hex. 25: Inocente como risotada de niño

 




Me dice ese espíritu que habita o habla mediante el libro y me susurra: La acción correcta es siempre inocente porque está libre de segundas intenciones y parte de un corazón puro. Es simple porque no oculta especulación ni premeditación ventajera, sino que es como un trueno que fluye directamente del vacío a la acción. 


Con las mismas cualidades que la risotada de un niño. Así sueño que sea mi hacer.


La acción inocente es un movimiento que parte de un espíritu que siempre está orientado y regido por la ley del Cielo, acorde al Tao.


Dice Richard Wilhelm en su comentario al hexagrama 25: "si el movimiento responde a la ley del cielo, el hombre es inocente y sin falsía. Allí donde se nota la intención se pierde la verdad".


Me dice el Libro de los Cambios: En todas nuestras tareas podemos ser inocentes. Hacer desde el corazón puro. Perseverando en ese camino habrá un elevado éxito. Quien no se mantiene recto al final sufrirá la desdicha en lo que emprenda.


Cuando adentro detectamos que hay truenos, agitación, turbiedad, podemos hacer un alto y esperar bajo el ombú a que pase. Y luego dejar que la acción retome su curso orientada hacia el Tao. El movimiento será puro, regido por la ley creativa del poder del cielo. 


Cuando el trueno se agita bajo el cielo en primavera, todo entonces brota, crece y florece. Si toda esa fuerza vital que nos galopa adentro la orientamos y movemos en el tiempo adecuado y en la dirección correcta, los frutos nacen y maduran solos, como llegan las ciruelas tras la flor, sin que el árbol haga nada para ello.


Todo andar inocente trae ventura. Si las cosas no van bien en la tarea, retorna a la inocencia (pureza de corazón) con la que iniciaste tu camino. 


Y si no encuentras inocencia allí, sino cálculo, búsqueda de ventaja y especulación,  entonces no es un camino con corazón. Había demasiada mente y bolsillo en el momento en que pusiste un pie en el camino. ¿Puede haber plenitud en un sendero como ese?


El tiempo pasa, quemamos distancias por rutas pobladas y a veces desiertas. Nos metemos en el barro de la tarea, la profesión, la militancia, la misión, el destino, y la inocencia va quedando hecha hilachas al costado de la vía. Nos encontramos con la especulación, la importancia personal, el anhelo por el jugoso fruto. Pero también nos abraza la desdicha, la insatisfacción. Algo no va bien.


Vuelve a vaciar el corazón. Recuerda la carcajada de un niño. Es por ahí. 


Retorna a la simple e inocente acción. Persevera y te mantendrás sin tacha.


La acción simple, inocente y natural causa siempre sorpresa y un poco de horror en quien actúa desde la teoría, el concepto, el dogma, el cálculo, la técnica eficiente, la expectativa y el apego a los frutos de su acción.


Manso, tranquilo, con el poder personal puesto al servicio de la ley del cielo. La acción correcta es certera, precisa, espontánea, como un reflejo. Sin huella después ni previa premeditación.


Si tienes una misión, una tarea que llena tu corazón, y encontraste el camino que conduce hacia tu destino, abraza entonces la inocencia. Todo irá muy bien.


La práctica perfecta es inocente y simple. Mantente alerta a lo inesperado. 


Tú vacía, purifica la intención, lo inevitable decide.


José B. Varela, reflexiones sobre el hexagrama 25, La inocencia, I Ching.


Las risotadas memorables de Manu y Emi.

viernes, 8 de enero de 2021

Paleopoesía





El sol ya alumbra,
Sal de la cueva,
El aire es fresco
En el valle inmortal.

El rocío  moja la planta de tus pies,
Se mete entre los dedos 
Y la energía empieza a correr.

¡Ruges! Estiras los brazos al cielo,
Allá abajo el río, el árbol
Las aves y un cómico dios.

Aaaah, quieres correr,
Luchar, ver sangre sangrar,
Prender el fuego,
Soñar en claves
Y entonces volver.

El músculo tenso,
Luego el relajo,
El goce despierto
Y la simple meditación
De solo estar quieto,
Sin nada que hacer.

Sentir el latido animal
La pulsión salvaje del despertar,
De la vitalidad quemando en los meridianos del cuerpo primal.

De transformar ese triste balcón en caverna y la calle en un valle.

Destrúyelo todo, 
Respira hasta los talones,
Salta, métete al río
Corre por las montañas, serpentea entre el bosque,
Aniquila en ti a ese urbanoide 
Y su civilización.

Pinta tus sueños en las paredes,
Déjate apoderar por el símbolo
¡Oye las voces antiguas que aullan
En vos!

Ríe como un demonio,
Cuentale cuentos a los niños
Y dejalos vitalizarse como solo ellos saben hacer.

Acepta que hay mucho más,
Tu vida consciente es lo que está contenido en un botecito pequeño que va a la deriva sobre un océano debajo del cual se agitan poderes y misterios inimaginables.

Ahhh, volver de noche a las cuevas, el cuerpo cansado,
La mente serena y el espíritu en paz.

Prender la hoguera,
La vida del clan
Fluyendo como agua clara.

Y sumergirse en el sueño,
Mareas de imágenes
Que hablan, que gritan
La voz estridente del humanimal.

Jbv

 

Apuntes de sachasofía: Rústicas ceremonias secretas en los perdidos caminos de dios.

 





Cuando salía a andar por el Siambón y pasaba por uno de los humildes santuarios que los lugareños construyeron para el santo gaucho Antonio Gil, siempre le hacía una reverencia y le dejaba como ofrenda una plantita de diente de león o carqueja entre los cigarros y las cajas de vino, las latas de cerveza o petaquitas de alcohol fuerte que el pueblo le deja, para que cuide su hígado un poco.


La otra vuelta ya me retiraba. El santuarito está en una alta loma desde la que se ven los cerros, los pinares, y a lo lejos el imponente monasterio de la religión oficial.


Vi que venían a caballo dos changuitos descalzos, montados sobre una sucia sudadera, y a bocado e' soga nomás. Frenaron al zaino. El que iba atrás bajó rápidamente, corrió hasta la grutita, se agachó con reverencia y vi que dejaba algo como ofrenda. Subió de nuevo al caballo y los vi alejarse por la loma. Detrás, al fondo, solitario, solemne, imponente, callaba su distancia el monasterio benedictino.


Me acerqué de nuevo. Una velita gastada y humilde llameaba al cielo toda la devoción de un nadiecito de tierra adentro hacia ese gaucho matrero, cristo (ungido por el pueblo) y santo de los pobres argentinos.


El rezo secreto


En el interior del interior profundo de nuestra nación, en alguna sendita campesina, un alma paisana eleva una plegaria, alza en el templo a cielo abierto de los montes un acto de tremenda comunión espiritual.


Lejos de dogmas, de catedrales, fuera de los ojos de los custodios oficiales de dios.


Un momento invisible, en un lugar invisible por un nadie invisible.


Rústica ceremonia secreta que quedará entre él y el humilde santito de los pobres de toda pobreza de la patria profunda.


Nadie jamás podrá mandonear en el corazón de un hombre libre, que en lo más hondo sabe que dios está con él, que dios es él, cuando él se hace nadie.


Jbv


Imagen: Monasterio Benedictino.

Altarcito y templo secreto en algún sendero perdido en las yungas. Ambos en el Siambón, provincia de Tucumán.


martes, 5 de enero de 2021

La muralla

 


No es necesario destacarse demasiado,
Es un peso que tarde o temprano termina por agotar nuestra energía.

Mira ese harapiento,
Si te fijas bien, guarda en su regazo 
Una piedra preciosa.

Observa a ese que todos llaman tonto,
Desde la colina disfruta las puestas de sol
Y tiene la sensibilidad de ver al mundo girar.

Mira ahora a ese líder, 
Presta atención al semblante del gran influenciador.
Ya no sabe qué decir para retener 
La atención de su séquito.
Fíjate bien, el hastío y el cansancio,
La voracidad de su importancia personal
Ha terminado por agotarlo.
Su corazón es de madera seca
Y pinturitas de cotillón.

Dentro de nuestras murallas y autorrelatos todo es de la mayor gravedad y trascendencia. Un flaco iluminado dijo: "después de todo, tu eres la única muralla,
Si no te saltas nunca darás un solo paso".

Y afuera de uno la perspectiva es más clara.

La notoriedad y el honor son los clavos de la cruz.

Jbv

lunes, 4 de enero de 2021

Poema para el Viento. Hex. 57.

 


Contempla y estudia la estrategia y la naturaleza misma del viento.


Viento, vientos que se siguen unos a otros.


¿Tienes adónde ir, viento?


Mi maestro Laohualpa Tsepanqui colgó su canto inmortal en el viento. 

Un canto rústico, sabio y decidor. Viento cantor y docente del Camino y el Poder interior.


Suavemente, penetrantemente insistidor, como un eco atemporal 

Que atraviesa los eones y las eras.


No hubo buscador ni caminante que se resista al mensaje silencioso del maestro andariego y cantor. Como el viento.

Huayra que al fin termina por desaparecer sin dejar huella montado en un buey azul perdiéndose al oeste donde se esconde el sol.


Ya no dudes. El viento sabe hacia dónde se dirige.

Y vienes y vas como una hoja, a merced del viento, cuando apenas has dejado de pertenecer al árbol. 


¡Pertenécete! No como esas hojas muertas, que todas son del viento apenas sueltan la rama. ¡Se tu mismo un viento!


Has de ser viento, y el canto en el viento.


Somos la síntesis alquímica de intensas y suaves, frías y calientes, internas y externas fuerzas que nos agitan. Nuestra vida es un viento. Un testimonio de sí mismo que sopla en alguna dirección.

¿En cuál?


Tu existir es un mensaje. ¿Es claro? ¿Es confuso? ¿Agitado? ¿Escrupuloso y dubitativo? ¿Firme, decidido y persistente? ¿Arrasador y tempestuoso? 


¿Lleva canto tu viento?


Viento que penetra, que es influjo e influencia en todos aquellos que besas al pasar.


Viento silbador que saca música al hueco en el tronco, a la grieta de la piedra, al junco y al cañaveral.


Viento. ¡Tu vida es viento! ¿Qué música le sacas a los demás cuando los tocas?


¡Ya no dudes! Somos vientos,

Vientos que se siguen unos a otros.


Jbv, poema para el viento. Hex. 57 del I Ching.