No es necesario destacarse demasiado,
Es un peso que tarde o temprano termina por agotar nuestra energía.
Mira ese harapiento,
Si te fijas bien, guarda en su regazo
Una piedra preciosa.
Observa a ese que todos llaman tonto,
Desde la colina disfruta las puestas de sol
Y tiene la sensibilidad de ver al mundo girar.
Mira ahora a ese líder,
Presta atención al semblante del gran influenciador.
Ya no sabe qué decir para retener
La atención de su séquito.
Fíjate bien, el hastío y el cansancio,
La voracidad de su importancia personal
Ha terminado por agotarlo.
Su corazón es de madera seca
Y pinturitas de cotillón.
Dentro de nuestras murallas y autorrelatos todo es de la mayor gravedad y trascendencia. Un flaco iluminado dijo: "después de todo, tu eres la única muralla,
Si no te saltas nunca darás un solo paso".
Y afuera de uno la perspectiva es más clara.
La notoriedad y el honor son los clavos de la cruz.
Jbv
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