martes, 26 de enero de 2021

La hostia y la pelota


 

No traces una línea entre tu práctica espiritual y tu vida ordinaria.

Que no sea más sagrado el templo que la taberna, en ambos sitios podrías toparte de repente con Dios.

Una pelota lleva tanta comunión como una hostia o una procesión.

Que tu rezo no sea más santo que el murmullo de un arroyo.


Que tu ideal no sea más real que la Vía del Cielo.

Bebe litros de serenidad al aire libre,

Canta salmos tan salvajes como coplas criollas.


Ya no maltrates a tu animal, no debes vencerlo, está ahí esperándote.


Toma vino pobre con amigos ricos,

Silba como un cañaveral acariciado por el viento.


No seas nunca solemne.


Mira a las personas, velas. 

Ríe con la inocencia de un niño y ponte a jugar con la seriedad con la que solamente ellos pueden hacerlo.


Duerme como un oso, no te apures nunca.

Nada es más importante que estar ahí en lo que estás haciendo cuando lo estés haciendo.


Jbv


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