jueves, 11 de marzo de 2021

El niño travieso

 Observa el mecanismo de tu enojo o de tu ofensa y desactivalo de inmediato. No le des ni un segundo de permiso una vez que lo hayas Visto.


No hay derecho a castigar a la otra persona con tu veneno silencioso, afilado e hiriente y arruinarle su mañana o su día con tu horrible amargura.


Si orientas la linterna hacia el interior alumbra mucho mejor, y te mostrará el camino que recorrió esa energía mal dirigida.


Redirígela de inmediato hacia la disculpa honesta. Si el otro o la otra siente amor por vos se reirán juntos de ese niño travieso que fue descubierto en su fechoría.


Jbv

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