lunes, 10 de mayo de 2021

A la orilla del río


 

Refugiarse del pasado en el presente es tan engañoso como huir en fantasías hacia el futuro.

La conciencia abarca la totalidad del tiempo, la luz y la sombra.
La redención es volver al pasado y decir sí.
El presente fértil y activo es el humus de un futuro abrazable.

Mientras, vagando libre y al margen por la costa no me preocupo por nada.
El río mece el juncal,
El sol juega coloreando las nubes,
El humito del incayuyo se pierde entre las cotorras que comen los frutos de la palmera.

Un viejo Camino trazado por un anciano que se marchó sobre un buey orienta mis pasos inciertos.

Un brujo espinudo me sacude la modorra de tanto en tanto.
¿Qué hacer con todo este mundo que no comprendo?
Todos parecen tan seguros,
Tan brillantes, agudos,
Tan felices.
Sólo yo permanezco embobado, sin saber muy bien qué decir.
Desorientado, como un holgazán que debe de pronto rendir cuentas al patrón.

Desde la orilla alcanzo pobres y fundamentales comprensiones que el gran río me susurra y
Que soy incapaz de comunicar.
Me sonrío un poco, y sigo sentado, quieto, sin hacer nada.

Jbv

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