sábado, 1 de mayo de 2021

Lo que hay muestra lo que falta


 

Se llena de moralistas cuando el eje interior se ha perdido.

Se plaga de adoradores de la ley y los dictámenes cuando el propio rumbo es incierto.

Se llena de culpabilizadores de la juventud cuando el propio espíritu está ya viejo y avinagrado.

Se siente pavor ante el bosque salvaje cuando se es un animal doméstico.

Se llena de odiadores de la alegría ajena cuando la amargura y el espíritu de la pesadez han poseído por completo la propia alma.

Se yutiza el mundo cuando se es incapaz de autogobernarse.

Se mira al vecino cuando en la propia casa se está solo.

Se paraliza ante la muerte cuando todo lo que expresa vitalidad y hasta la propia vida causan espanto.


Nunca es el otro.

Jamás está afuera.

La guerra es interna siempre.

¡Qué desenfreno interior tienen los vigilantes del mundo!

El odio es personal.

La vejez un estado del alma

Y la amargura una gota de veneno que crece en el manantial del espíritu puro y claro.


Como dice mi querido máster: "Nunca es tarde para tener una niñez feliz"...


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