jueves, 24 de junio de 2021

Vagar libre y tranquilo


 

No se si vivo en camino

O es todo el mundo mi casa.

Cualquier abrazo es de mi hermano

Y cada llegada mi destino.


Vagar libre y tranquilo,

Sentarme quieto sin hacer nada,

Gozar de la bendición de cada vez necesitar menos cosas,

De cada día un poco más abandonar la necesidad imperiosa de tener razón, de emitir mi opinión.


Así, la mente viaja menos tensa, 

Como una bolita de vidrio que rueda libre sobre un espejo reflejando todo, sin juzgar, sin retener.


Así, el corazón puede abrirse y apaciguar a la frágil personalidad que a cada sacudón del viento exterior acusa recibo.


Vagando libre y tranquilo ni estoy seguro de lo que busco. Andando por los senderos del alma y del mundo.

En cada ruido de mate compartido estoy en casa,

En cada vaso de vino,

En cada parrilla crepitante,

En cada guitarra que empieza a sonar.


¡Éxito en lo pequeño! El heroísmo es un gran impedimento.


Dijo Gandalf el Gris: "No solo los grandes poderes pueden tener al mal controlado. Yo he encontrado que son las cosas pequeñas, los actos cotidianos de personas ordinarias los que alejan a la maldad. Los simples actos de gentileza y amor."


Amabilidad y simpleza. Éxito en lo pequeño. Hogares, refugios,  templos auténticos del andariego interior.


martes, 22 de junio de 2021

La tierra es la ley del hombre


 

“La Tierra es la ley del hombre;

El Cielo es la ley de la Tierra;

El Tao es la ley del Cielo.

La ley del Tao es él mismo.”


Así enseñó Lao Tse la ruta hacia el retorno a nosotros mismos en su poema 25.


Muchas enfermedades y trastornos emocionales, mentales y espirituales no tienen otro origen que desobedecer la ley de la Tierra, que es la única ley por la que debemos regirnos. El libro de la naturaleza es nuestro “manual de uso” y norma de conducta.


Y sin embargo, en algún momento a lo largo de nuestra historia hemos decidido que ya no pertenecemos a la órbita de la naturaleza y desechamos su ley, infligiéndonos el más atroz daño como especie e individuos.


Ya no importa para nada lo que comemos, el modo, intensidad y frecuencia de movimiento del cuerpo, el descanso, la sincronización con los ciclos día/noche, luz/oscuridad, las estaciones del año, horarios de nuestras actividades, y una larga lista de aberraciones contra la ley natural. Nada de eso importa ya. Son meras tonterías, y en estos tiempos que vivimos, hacer lo obvio es una excentricidad.


Veo permanentemente en mi trabajo que personas que se han provocado severos daños o que están padeciendo sufrimiento emocional por haberse rebelado a la ley de la Tierra, se recuperan al retornar y empezar a ampararse bajo sus normas. En mí mismo reconozco los daños cuando me alejo de ella, y el bienestar cuando vuelvo.


Reanimalización, volver a la Tierra. Es reencontrar el manual de uso de nuestro completo Ser físico-emocional-mental-espiritual.


Hoy iniciamos el Invierno en el hemisferio sur, y nuestro manual –como bien saben y ejercen las poblaciones indígenas- dice que es el comienzo del año, y no la mitad.


El Sol sale de su letargo y lentamente irá haciendo su tránsito del extremo yin hacia su máximo yang en el solsticio de diciembre. Vivimos al revés, a contrapelo del Cosmos.

Todo debería cambiar para nosotros. El frío igualmente se hará más intenso y el Elemento Agua será el rector de nuestras energías internas, que hemos de sintonizar con las externas. No podemos permitir que el Agua se congele:


-No comer nada crudo ni frío. Cocinar siempre los alimentos. Estos además han de ser de mucha densidad nutricional, permitiendo así comer menos veces al día pero nutriéndonos con calidad, dando descanso al sistema digestivo y guardando las reservas de energía sin dilapidarlas en digestiones inútiles. Entonces: comer carnes, vísceras, huevos, caldos, verduras cocidas, raíces y tubérculos, nueces.


-No tomar nada frío. Tomar agua siempre tibiecita. 


-Hablar menos. Ir hacia adentro. Silencio reparador.


-Hacer fuego.


-Dormir mucho. No salir cuando aún no ha amanecido. Volver a casa. Apagar todas las pantallas a poco de haberse ido el sol y dormirse temprano.


-Hacer actividad física cuando el sol está alto en el cielo.


-Mantener los riñones calientes.


-Tomar decocciones o tintura madre de Cola de Caballo.


Estos son apenas unos ejemplos de sincronización invernal con el Libro y la Ley para reanimalizarnos y curarnos de los males del “abandono de la Tierra”.


Solo siguiendo la ley seremos nosotros mismos, como individuos y como especie animal, y volveremos a fluir armoniosamente con el Tao, esa fuerza y orden insondable.


Porque el Tao es su propia ley,

El Cielo tiene como ley al Tao,

La Tierra tiene como ley al Cielo,

El hombre como ley a la Tierra.


Solo así el sapiens se encuentra a sí mismo, en su propia ley, en los brazos de la Tierra.


jbv


lunes, 21 de junio de 2021

La tristeza del payaso


 

Todo es tremendamente pasajero.


Una tormenta no dura toda la mañana,

La inundación como viene se va.

Una conquista rápida es difícil de sostener.

La vida nos es dada y quitada en un instante.

Un logro fácil fácilmente te vuelve orgulloso y descuidado.


Beber del vino de la consciencia es poder ver esta natural inestabilidad sin apenarse por ella. Verla como quien mira las nubes de infinitas formas pasar.


Ver a alguien exhibiendo su virtud para el aplauso permanente es como ver a un mono de circo o a un perro amaestrado.


El santo sabio

Guarda su tesoro,

Ve al mundo girar

Y no se ata a logros y fracasos.


No tiene forma propia.

Solo se cuida de colocarse en su esencia íntima.


Poseedor de su esencia, adopta como el agua la forma que el momento le sugiere. Así todo corre sin esfuerzo ni lucha por defender nada.


Quien desconoce su esencia íntima, sostiene su identidad imponiendo las formas que su afiebrada y fragmentada personalidad diseña, y así todo se hace arduo, y esa exhibición es la tristeza oculta del payaso.


Tres tesoros


 

Tres tesoros me ha legado mi maestro:


Barre toda tu mugre. Debajo de ella vive el amor, ese estado energético basal en el ser humano original, que yace oculto hasta que todo el equipaje se tira por la borda y se abre el corazón. Esa fuerza es la que te da el coraje de entregarte, y ayudar a otros a Ver y a Ver-se.


Sé frugal, necesita poco para ti. Esto te permitirá tener de sobra para dar.


Quitate del medio. Cede siempre, jamás te antepongas. Permite que el flujo de energía siga su curso. Etiquetar, juzgar, es como ponerle un tapón a esa corriente.


Tres tesoros mi maestro me ha legado. Los sostengo y protejo como quien sostiene un bebé recién nacido entre sus brazos.


domingo, 20 de junio de 2021

El libro sagrado



¿De qué hablar?

Si el Gran Misterio se expresa solo,

Y todo aquel que esté presente, en disposición de una mente que no anda tramando mil asuntos,

Puede ver sus maravillas.


¿Qué escribir?

Si el mensaje lo llevan los pájaros en sus gargantas hacia oídos atentos.


¿Qué decir?

Si las palabras son los trucos distractivos del titiritero,

El dedo que señala la luna,

Ese que el tonto se queda mirando sin comprender.


El ruido de mate,

El sonido de corcho,

El crepitar del asado,

Una risa,

Un llanto liberador,

El largo silencio de varios contemplando el amanecer en el río,

Escriben las páginas del único libro que hoy busco leer con devoción.

 

El Camino es caminar





Trasplantando lechugas,

El sentido profundo se revela.


Con tierra en las manos,

El camino se me hace claro.


Con el frío en la cara,

Las variadas partículas separadas que conforman la personalidad se sueldan y surgen atisbos del yo real.


El mantra del río da el tono a mi corazón.


Las nubes son un código secreto

Que se revela en la conversación en cuclillas.


El Camino es caminar, sin andar pensando en caminos.


Trabajar en silencio con Sebas,

Tomar te de manzanilla que me trae Ani, comer chipacitos de Fabio,

Escuchar el rap de Nahuel,

Al tigre interior de Juancho,

Los pícaros amoríos de Fer.


El Camino es caminar en absoluta presencia activa,

Sin andar pensando en caminos, presencias o ausencias.


 

jueves, 17 de junio de 2021

Apuntes de sachasofía: la corriente y los camalotes


 

Revisando los apuntes de la escuela de sachasofía encuentro una de las primeras lecciones que me dictó el gran río marrón, siendo apenas un niño que pescaba bagres en la orilla.


Que no debe uno dejarse engañar ni deslumbrar por el oleaje, sino que la atención ha de fijarse siempre en la dirección adonde corren los camalotes.


La olas del río pueden ir en un sentido, pero los camalotes y troncos ir hacia el lado opuesto. Unas son la alharaca y artes distractivas del gran maestro, la otra es la verdadera orientación de la corriente.


Ya no presto atención a las palabras y saberes que expresan las personas, las ideas que barajan como malabaristas. Sino que observo con atención hacia adónde llevan sus camalotes. 


Así acecho principalmente mis propias correntadas y mis oleajes, y trato de no confundirme a mi mismo en primer lugar con mis personales espumones y sudestadas.


Esa fue una de las primeras enseñanzas del gran río marrón: la corriente y las olas.... No siempre van hacia el mismo lugar...


Soldar las limaduras




 

Mira en el interior y descubrirás que hay algo cambiando permanentemente. A cada sacudón del exterior, algo en ti se modifica.


Todo cambia en nosotros y a cada instante, librados a los ajenos aconteceres.


Somos un recipiente lleno de limaduras de hierro. Cada choque de las circunstancias nos provoca un desplazamiento de las partículas, acusando el simbronazo en toda nuestra emocionalidad errante.


El incansable trabajo interior, la determinación inclaudicable de unificación provocará un estado vibratorio de esas partículas hasta ahora inertes, intensificando la sensibilidad a esos movimientos y desplazamientos. 


Decía Mouravieff que la consciencia del frotamiento entre las partículas terminará encendiendo el fuego interior. Un fuego vivo, ardiente, que una vez encendido debe ser cuidadosamente mantenido por la voluntad de afinar y cultivar la sensibilidad.


El fin de esos fuegos es provocar la soldadura, hasta que el contenido disperso de nuestras limaduras no sean más que un sólido bloque. En este punto, habremos adquirido la firmeza en medio de las tempestades.


Pasar de la esclavitud de los acontecimientos a hacerse amo de sí. 


Los fuegos de la consciencia, hacer claro lo oscuro, hacer de lo vario, uno.


Imágenes del primer tomo de Gnosis, cristianismo esotérico, de Boris Mouravieff.


¡No molestes!


 


Nada que hacer,

Solo correrse,

No estorbar.


Solo intervenir para cortar demasías,

Quitar obstáculos.


Hay un gran misterio que está aconteciendo sin necesitarnos para nada.


¡No molestes!


Saber cuándo es suficiente es la más alta maravilla.

Tres nacimientos


 

Tres nacimientos nos suceden. Dos de ellos inevitables:

El parto, 

El camino de una vida hacia la conciencia,

La muerte.


El amanecer,

El retorno del sol 

A diario nos lo recuerda.


Perdernos en mil senderos es un ocaso atroz.


Abrazar lo Uno en la presencia activa es un alba eterno.


jueves, 10 de junio de 2021

Susurros del I Ching: Abismos


 

Ante el peligro no existe otro reducto seguro que la verdad interior que se aloja en tu corazón.


Esa honda intuición que clama desde lo profundo, que te visita cuando has barrido toda la acumulación de polvo, basura, fantasías y ruido mental.


El agua es capaz de avanzar por todos los abismos permaneciendo fiel a su esencia única, a su propia naturaleza.


Si eres veraz, tendrás logro en tu corazón, y lo que hicieres tendrá éxito.


Observa meticulosamente tu conducta, acéchate como el más despiadado cazador a sus presas. Que esa sea tu mayor enseñanza.


Ilumina el peligro con tu llama interna,

No sea que caigas en un hoyo ya estando adentro de tus abismos más profundos.


Cede todo. Jamás cedas el poder.


Jbv. Susurros del I Ching. El abismo. El agua, precipitarse dentro de algo.


Foto: Abismos de los Altos de Anfama, provincia de Tucumán.


Los extremos


 

Todo lo que es extremo no puede tener duración.

Como un huracán,

Como una inundación,

Como un terremoto,

Como  una granizada.


Demasiadas cargas, serán abandonadas.

Demasiadas leyes, serán violadas.

Demasiadas exigencias, se verán frustradas.

Demasiada miseria, el pueblo se rebelará.


Ninguna medida contraria a la naturaleza puede ser mucho tiempo obedecida.


Va el invisible por las orillas, por los arrabales de la existencia, despreocupado y receptivo.

Medio loco, medio santo, ajeno al trajinar y las preocupaciones de los hombres serios, pero inmerso todo su ser en la experiencia humana.


Sabe que exhibirse demasiado no es brillar,

Que hablar demasiado es quedarse sin palabras,

Que imponerse demasiado es volverse pesado,

Que autoafirmarse demasiado es perderse a sí mismo.


Cediendo todo,

Aceptando todo,

Pero sin jamás ceder su poder personal, punto de apoyo y bastión de toda su claridad, camino y destino.


Mientras los extremos derrumban el mundo y el espíritu de los hombres,

El sueño abraza al loco santo llevándolo lejos del planeta polar,

Y en las brumas del amanecer se lanza a atravesar las grandes aguas del esclarecimiento sin temor ni temblor.


El viaje y la meta


 

Si estás presente en el viaje, cada paso se convierte en una llegada. Al árbol, a esa piedra, a la orilla del río, a la casa aquella. 


Quien abandona el viaje por pensar en dirigirse velozmente a la meta se pierde de las delicias y manjares de los hospitalarios del camino.


Si estás presente en la conversación y en el silencio podrás descubrir que hasta la persona menos pensada puede ser el nagual y darte la clave de la caja fuerte o ayudarte a encontrar la ubicación exacta de donde se oculta tu tesoro.


Hasta la más pequeña y humilde criatura puede ser la portadora del anillo.


¡Disfruta el viaje! ¡Olvida la meta! 

Solo debes estar ahí.


martes, 8 de junio de 2021

Extremos


 

Todo lo que es extremo no puede tener duración.

Como un huracán,

Como una inundación,

Como un terremoto,

Como  una granizada.


Demasiadas cargas, serán abandonadas.

Demasiadas leyes, serán violadas.

Demasiadas exigencias, se verán frustradas.

Demasiada miseria, el pueblo se rebelará.


Ninguna medida contraria a la naturaleza puede ser mucho tiempo obedecida.


Va el invisible por las orillas, por los arrabales de la existencia, despreocupado y receptivo.

Medio loco, medio santo, ajeno al trajinar y las preocupaciones de los hombres serios, pero inmerso todo su ser en la experiencia humana.


Sabe que exhibirse demasiado no es brillar,

Que hablar demasiado es quedarse sin palabras,

Que imponerse demasiado es volverse pesado,

Que autoafirmarse demasiado es perderse a sí mismo.


Cediendo todo,

Aceptando todo,

Pero sin jamás ceder su poder personal, punto de apoyo y bastión de toda su claridad, camino y destino.


Mientras los extremos derrumban el mundo y el espíritu de los hombres,

El sueño abraza al loco santo llevándolo lejos del planeta polar,

Y en las brumas del amanecer se lanza a atravesar las grandes aguas del esclarecimiento sin temor ni temblor.


lunes, 7 de junio de 2021

La torre de Babel


 

"Y el señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo, y dijo: "Si esta es la primera obra que realizan, nada de lo que se propongan hacer les resultará imposible, mientras formen un sólo pueblo y todos hablen la misma lengua. Bajemos entonces, y una vez allí, confundamos su lengua para que ya no se entiendan unos a otros".


(Génesis 11 5-7)


Vivimos en un mundo construido de palabras, entre universos paralelos separados por filtros y barreras psicológicas y emocionales de todo tipo. 


Cada palabra pronunciada atravesará todos esos tamices de historia personal hasta llegar al otro lado. Cada palabra que leamos o escuchemos hará lo mismo hasta llegar a nosotros.


La palabra es una flecha lanzada con una intención y un objetivo, más miles de condiciones que escapan a nuestro control pueden desviarla.


El celoso señor ha bajado del cielo a trampearnos la comunicación, y mientras sigamos siendo vos y yo, seguiremos sin comprendernos. 


La economía o la cesación de palabra es la enseñanza de los grandes maestros para comunicar aquello que no puede decirse. Ellos sabían de la antigua treta del viejo Yahvé. 

Y buscaron la maestría de hablar sin ruido interno desde lo alto de la torre de nuestra consciencia unificada y sin separación.


Apuntes de sachasofía: La almohada y el monje


 

Arcángel Rosales, el viejo sachásofo bebedor de vino, risueño y un poco mal llevado, recibió al joven erudito y buscador que lo visitaba de tanto en tanto y lo importunaba con su saber y sus infinitas palabras.


Esta vez le había llevado un libro gordo y muy importante, según el joven, cargado de verdades. Le insistía para que lo leyera y lo debatieran.


El viejo vació de un trago el vaso, sus ojos giraron, lanzó un estruendoso eructo que hizo volar los pájaros de la yunga tucumana, se acostó en el piso de tierra de su rancho y usó el sagrado libro como almohada.


Se quedó profundamente dormido, y mientras roncaba, la baba del sachásofo bautizaba las santas páginas del libro.


Al despertar unas horas después, el joven erudito estaba desnudo, tapado con apenas una bolsa de arpillera que había encontrado en el galponcito. Había dejado sus ropas de santo en el piso y los tres perros de don Arcángel dormitaban sobre ellas.


Lo saludó por su verdadero nombre, como si fuera la primera vez que se presentaba, y hablaron largamente sobre cabalgar en las nubes, los viajes del espíritu, conversar con el viento. Comentaron sobre la tierra de los pies y las manos, las angustias y alegrías humanas, las ideas, los amores y los amigos  verdaderos. 

Hablaron de comer hambrientos como leones, de dormir como perros, caminar como palomas y esperar como tortugas.


La noche los encontró conversando, riendo, bebiendo, pues era la primera vez que se veían. 


El viejo dijo al fin: "Qué bueno que hoy viniste vos, un gran gusto conocerte, siempre viene a molestarme un sabihondo que me trae libros, y jamás me trae un hombre."


El fruto del árbol de la dualidad


 

"Puedes comer de todos los árboles que hay en el jardín, exceptuando únicamente el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.  De él no deberás comer porque el día que lo hagas quedarás sujeto a la muerte". 

(Génesis 2, 16-17)


Cuando comemos del fruto del árbol del dualismo toda la existencia queda fragmentada como un espejo roto. La muerte nos pisa los talones como enemiga de la vida.


El viejo Dios nos previno para que no saliéramos del Edén, que no es más que vivir en una consciencia de totalidad, de la que lo individual particular es tan sólo una chispa.


Nos advirtió que ese árbol estaba envenenado de bueno/malo, preferencias/aversiones, honor/deshonra, yo/los otros. 

Este narcótico nos va aislando en ínfimas partículas que se demoran allí, en la separación y la exaltación de un ridículo yo desfigurado que nos impide el regreso al paraíso. 


Se hace arduo el camino entonces.

Porque hay cosas que hacer y otras que no hacer para llegar a alguna parte. No hay donde ir en verdad.... Ni ninguna acción que emprender....


Todo está acá mismo en esta orilla, donde la vida transita hacia la dilución y se experimenta ese estado basal del espíritu expansivo al que le llaman con el trillado nombre de amor.


El viejo Yahvé nos previno de la toxicidad de ese árbol de la separación... Y lo tomamos igual.

Pero por allí, el pícaro Señor ocultó otras hierbas en el jardín, las secretas hierbas del regreso. 

A algunos, de oídos despiertos, les reveló en un susurro la ubicación de esos truquitos... Solo de esos trucos han hablado los verdaderos maestros, no de otra cosa. De la hierba de la quietud, de la flor maravillosa del silencio y del árbol de la contemplación.


Plantitas, flores y silencios para vislumbrar que no hay razón para defenderse, que no existe ofensa, que pensar mal al otro es un abismo y un cerco electrificado.


Mejor elegir la planta medicinal adecuada que nos lleve de vuelta, tomar juntos el vino de la disolución.

Reír, que llega el sol, ser juncal, unido por el invisible rizoma y retornar al paraíso.


Hex. 29, Lo abismal


 

Ante el peligro no existe otro reducto seguro que la verdad interior que se aloja en tu corazón.


Esa honda intuición que clama desde lo profundo, que te visita cuando has barrido toda la acumulación de polvo, basura, fantasías y ruido mental.


El agua es capaz de avanzar por todos los abismos permaneciendo fiel a su esencia única, a su propia naturaleza.


Si eres veraz, tendrás logro en tu corazón, y lo que hicieres tendrá éxito.


Observa meticulosamente tu conducta, acéchate como el más despiadado cazador a sus presas. Que esa sea tu mayor enseñanza.


Ilumina el peligro con tu llama interna,

No sea que caigas en un hoyo ya estando adentro de tus abismos más profundos.


Cede todo. Jamás cedas el poder.


Jbv. Susurros del I Ching. El abismo. El agua, precipitarse dentro de algo.


Foto: Abismos de los Altos de Anfama, provincia de Tucumán.