jueves, 1 de julio de 2021

Creatividad o receptividad


 

El antiguo I Ching, el libro de las mutaciones, nos enseña que hay dos fuerzas principales que rigen todo lo existente. 

La fuerza Creativa

La fuerza receptiva.


La fuerza receptiva tiene y brinda todas las condiciones para que la fuerza creativa impulse y actúe y así todo se lleve a cabo adecuadamente.


Una dócilmente se entrega.

La otra activamente moviliza.


La más alta sabiduría es poder identificar en cada situación de nuestra vida estas dos fuerzas que rigen. En la tradición esotérica se habla incluso de una tercera fuerza, la Neutralizante, que viene a ser la situación concreta o el lazo que une a estas dos fuerzas en un momento dado. 


Saber identificar con precisión que a veces somos la fuerza pasiva y receptiva, y a veces la fuerza creativa y movilizante, nos llevará siempre por el camino correcto y armónico. Esta identificación del rol que debemos jugar, nos permite preparar mejor el escenario -la fuerza neutralizante-, para que todo ocurra acorde al momento dado.


Identificar mal estas dos potencias regentes y ubicarnos en el lugar contrario, o "preferir" desde la mente racional alguna de las dos nos hace una vida esforzada, a contrapelo, trabada, llena de tensiones y el sentimiento de profunda incomprensión del mundo circundante.


Suspender la incredulidad, soltar la pretensión de controlar todo, trabajar en acrecentar nuestra percepción para identificar las energías en juego.

 Conscientemente pararse en el lugar correcto, dóciles y receptivos, o activos y ejecutantes según el caso, nos hace fluir con los acontecimientos de manera natural, fácil y simple. 


Y luego, todo continúa su incesante mutación para volver a ubicarnos en uno u otro polo de las energías complementarias en juego.



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