martes, 27 de julio de 2021

Susurros del I Ching, hex 48, El Pozo

 



Podés cambiar de lugar, de entorno, de parafernalia exterior. Pero tu esencia sigue siendo siempre la misma. Esta no disminuye ni aumenta. 


La voz te dice: “¡Ve al pozo!”


Tu “Te” es único, personalísimo. Solo puede manifestarse, desplegarse y darse como agua fresca, o verse impedido, contaminado, frustrado, truncado, y finalmente jamás manifestado.


Ordenando tus asuntos, simplificando todos los órdenes de la vida, “revocando tu pozo”, poniéndote en concordancia con el flujo natural de las cosas, todas tus potencias manan desde lo profundo para ser dación a los otros que se arriman a la boca de tu aljibe y sumergir allí sus baldes para sacar agua pura.


En la distracción y en el perdernos en los descarríos del mundo, nuestro pozo se avejenta, se derriban las paredes y el agua se enturbia. Hace mucho que no bajabas el balde hasta el fondo. Quizás nunca lo habías hecho. 


El limo del pozo no se bebe. Ni siquiera los animales acuden a él.


A veces el cántaro está roto y no sirve para sacar el agua vital.


Has hecho el trabajo interior de limpiarlo, pero nadie acude. La historia personal es una cárcel y nadie es profeta en su tierra.


Luego tu pozo no solo es limpiado sino que has revocado sus paredes  nuevamente. 


Tu agua brota a la superficie tras las lluvias transparente, fresca, clara.


Se hace evidente que de tu pozo se puede beber agua viva. Toda la comarca lo intuye y lo menciona como novedad de aldea.


Ya tu Te florece y mana sin obstrucción, fácil, simple. Ya lo que estás llamado a ser, es.


Se acercan, extraen agua de tu pozo sin impedimento. Confían como tímidos ciervos que se arriman al río, primero temerosos, luego sin resquemor. 

¡Beben de tus aguas! ¡Elevada ventura!


Susurros del I Ching, hex. 48, Pozo de Agua, Manar.

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