viernes, 16 de julio de 2021

Pon en ayunas tu intelecto


 

Ya puedes poner en ayunas a tu intelecto.

Dale de una vez por todas alimento del bueno a tu centro emotivo, dale poder nutricio a tu sexualidad creativa.


Tu intelecto está empachado de comida chatarra, y tus otros dos estómagos están anoréxicos, hambrientos y rugientes. 


"El sabio vacía las mentes y llena los estómagos" enseñó el viejo orejudo.


Fíjate sobre qué senderos transitan los hombres y sus enredos. "Esos son problemas de palabras, yo no tengo nada que ver con eso", dijo el centurión romano a los verbalistas hebreos que lo buscaban para un arbitraje sobre cuestiones religiosas.


¿De qué nutres tu ser?

Richard Wilhelm comenta el hexagrama 27 del I Ching "las comisuras de la boca": "cuando  se quiere conocer a alguien solo es menester prestar atención a quién dispensa sus cuidados y cuales son los aspectos de su propio ser que cultiva y alimenta".


El maestro de Nazareth fue claro ante los puristas: "no es lo que entra en el cuerpo lo que hace impuro al hombre, sino lo que sale de su corazón".


Sólo miro de qué te nutres, qué aspecto de tu ser alimentas. No me interesan ya casi las ideas, las opiniones y las palabras huecas. 

Mis oídos las rechazan y el bostezo me invade y no puedo disimular.

Me interesan las experiencias de las que te has nutrido y lo que has aprendido de ellas. Simple, vitalmente.


Por esas regiones del sentimiento, del corazón abierto y el estómago lleno todo es más nutricio. 


El intelecto es ya para mi un granero vacío, un almacén de productos vencidos. Una góndola de supermercado de cosas enlatadas. Puedes llevártelo a la boca, masticarlo y tragarlo. Pero no está ahí la nutrición.


Amo las granjas, los bosques, donde todo late y vive, y hay que salir a cazarlo.

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