lunes, 3 de diciembre de 2018
Invisible
Invisible. Insulso. Sombra en la sombra. Ordinario.
Silencioso pasa. Callado trabaja.
Por dentro lleva un universo de sabiduría y de estrellas, por fuera es un árbol seco.
Inadvertido, anda sin dejar huella.
Viste burdo ropaje, y lleva un tesoro en el corazón.
Sin brillar.
Sin distinguirse.
Sin un peinado especial.
Sin una barba particular.
Sin una vestimenta espiritual.
Sin más rezo ni ceremonial que su serena respiración, su pericia en el hacer, y una sonrisa tranquila.
Puede cruzarlo en cualquier esquina del mundo ordinario, realizando múltiples mundanales tareas.
No lo verá. No llamará su atención.
El sabio permanece en secreto hasta que la ocasión de darse a conocer a alguien en particular lo convoque. En la intimidad de una vida común. Hasta que el anonimato lo destierre, y pasar de largo después.
Jbv
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